Según estudios, la sociedad ha cambiado mucho en cuanto a las identidades sexuales; a partir de la bisexualidad, también se ha podido hablar de la pansexualidad, un término que se refiere a la capacidad de enamorarse de una persona sin importar su género y ahora, se explora también la sexualidad fluida.
La sexualidad fluida es un término más actual e inclusivo que describe la sexualidad de una persona y que es abierta y cambiante, no basada en el género binario, y puede inclinarse con más fuerza hacia un género y permanecer abierta a todos los demás, dice el Dr. Chris Donaghue, autor del libro Sex Outside the Lines: Authentic Sexuality in a Sexually Dysfunctional Culture.
Según un artículo publicado en la revista Biological Reviews, las mujeres son naturalmente "sexualmente fluidas". El autor del trabajo, Satoshi Kanazawa, defiende en el texto que, "en lugar de ser heterosexuales u homosexuales, la atracción sexual de las mujeres puede depender en gran medida de la pareja en particular, de su estado reproductivo y otras circunstancias", por lo que tienen la capacidad de generar lazos afectivos y sexuales con cualquier persona, sin importar su identidad de género o su sexo biológico.
Por otra parte, el investigador Alfred Kinsey afirma que la orientación sexual se describe mejor como una escala de atracción al mismo o al otro sexo, en el que cada persona puede ir fluctuando y, del mismo modo, la sexóloga Ester Álvarez apunta que "el deseo y la orientación sexual no son tan estáticos como la mayoría de la gente piensa", sino que realmente fluctúan, tanto para hombres como para mujeres. La sexualidad en flexible para todos los géneros.
¿Biología o cultura?
La sexóloga Ester Álvarez explica que, aparentemente, las mujeres suelen ser más flexibles en cuanto a su sexualidad debido a que, culturalmente, está mejor visto que ellas alternen con ambos géneros, y por lo tanto se permita más libertad a la hora de expresarlo. Ester afirma que, de hecho, es habitual que un hombre vea atractiva a una mujer que tiene sexo con otras mujeres, pero el hombre bisexual no es una fantasía tan habitual en el imaginario femenino o masculino, esto debido a que la industria pornográfica ha sexualizado a las mujeres lesbianas y bisexuales para hacerlas atractivas y deseables a los ojos de los hombres.
Así mismo, grupas feministas han comentado que la sexualización a mujeres lesbianas y bisexuales invisibiliza por completo las relaciones personales que existen entre estas orientaciones debido a que, desde la heterosexualidad, muchas personas las usan como forma de experimentar su sexualidad sin importar los lazos afectivos que se crean durante la relación; por otra parte, debido a esta supuesta sexualidad fluida también se niegan las opresiones que viven las mujeres lesbianas y bisexuales.
Si bien hay muchos sexólogos e investigadores desarrollando estudios que indican que la sexualidad de las mujeres es especialmente fluida, esto sólo es una teoría y no está claro que tenga un auténtico reflejo en la realidad; grupas feministas han afirmado que ésta teoría alimenta la sexualización de las mujeres que tienen relaciones sexoafectivas con otras mujeres y, de nuevo, encasilla las preferencias de las personas.