“La sexualidad es un juego y si tienes la mente abierta puede ser muy divertido”, dijo Mistress Mariana, dómina profesional y habló sin miedos y tabúes sobre nuevas formas de experimentar placer y empoderamiento femenino. 

Bondash, dominación, sumisión y masoquismo mejor conocido como BDSM son una serie de prácticas eróticas libremente consensuadas por ambas partes. Mistress Mariana contó para El Podcast de Eva como estas prácticas la llevaron a aprender a explorar otro lado de su sexualidad. 

“Siendo mujer, por lo general, sé es muy sumisa en las relaciones sexuales pero el estar del otro lado da mucho empoderamiento”, comparte Mariana y relata su experiencia como fémina dominante.  

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Siempre al principio de la sesión...

1. Se recuerdan los límites de cada persona 

2. Se recuerdan la palabra de seguridad 

3. Se respeta la confidencialidad y seguridad 

Los encuentros  sexuales dependen de las fantasías de cada cliente o “cerdo” como Mariana llama a los hombres que domina, “se trata de explorar nuevas formas y entender qué te gusta y qué no te gusta a ti y a la otra persona”, afirma la dominatrix. 

Cambio de roles y empoderamiento femenino 

La dominación es un juego de adultos que transforma la idea del sexo y expresa una nueva forma el empoderamiento femenino. Mariana explicó que la mujer tiene el control absoluto sobre su “esclavo” y no hay penetración por parte del hombre. “Yo me pongo un dildo como de ocho pulgadas y me pongo el arnés y las hago mis putitas o mis perritas”, expresa Mistress Mariana. 

El BDMS es una práctica que se hace con responsabilidad; Mariana compartió que algunos de sus clientes acuden a este tipo de prácticas sexuales para trabajar traumas. Mariana al final de cada sesión comparte un after care porque no se trata de humillar emocionalmente sino entender que es un juego de forma consensuada. 

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