Mencionar palabras como “género” o “feminismo” pueden transformar conversaciones en disputas que sobrepasan temas polémicos como el fútbol, la política o religión. ¿Por qué sucede esto? La respuesta: Aún no logramos comprender estos conceptos, por ello, terminamos hablando una especie de “lenguaje” distinto que nos impide dialogar y reflexionar en conjunto.

Hablar de “género” o “feminismo” crea tensión, no solo porque vivimos un contexto sumamente violento en nuestro país donde estas palabras han comenzado a sostener una lucha y resistencia por el derecho a la justicia y equidad, si no por una razón clara: ES MÁS FÁCIL APRENDER QUE DESAPRENDER.

Es común que al hablar de “perspectiva de género” se generen confusiones y se piense que se trata de una forma de plantear una supuesta supremacía de la mujer sobre el hombre, lo cual es un gran error. Por ello, aclaremos algo: Existe una diferencia entre los términos SEXO y GÉNERO.

¿Qué es el sexo y género?

Sexo son las características biológicas, físicas, anatómicas y fisiológicas con las que se nace como los órganos sexuales, por ejemplo. Y género es lo que se determina a partir de la cultura de la sociedad que se habita, se trata de un conjunto de ideas que nos edifican como sujetos. El género se puede elegir y modificar en cualquier momento de la vida. No se trata de algo fijo o asignado, (comprender esto es complejo ya que, la tradición con la que se nos ha educado refiere a propósitos sistémicos y dicta lo contrario).

Un ejemplo para aclarar la diferencia entre estos dos términos es la maternidad: “El embarazo” es un hecho que tiene que ver con el SEXO ya que biológicamente son las “mujeres” quienes pueden embarazarse. Por otro lado, “el deseo de ser madre” tiene que ver con la construcción de GÉNERO, algo socialmente fabricado ya que no tienes que ser “mujer” para sentir esto.

¿Qué es la perspectiva de género?

La “perspectiva de género” es una especie de herramienta que funciona como si nos colocáramos unos anteojos que nos permiten ver más allá de lo que nos han enseñado como “verdad absoluta”. Con esto podemos RE-PENSAR la forma en que la estructura socio-cultural (incluso política y económica) ha asignado ciertas características a las personas a partir de su sexo. Un ejemplo de esto es la frase: “Las mujeres nacen para cocinar, los hombres para proveer.” Idea falsa, ya que cualquier ser humano puede cocinar o proveer.

Frases como la anterior han sido determinantes para la desigualdad social e innumerables injusticias (principalmente hacia las mujeres en una cultura denominada “patriarcal”). Para optar por una “perspectiva de género” es necesario dejar atrás muchas de las normas y estándares que se nos han impuesto por generaciones. Esto significa: DESAPRENDER para APRENDER.

Decidir observar y vivir a partir de una “perspectiva de género” significa ELEGIR UNA POSTURA, no a favor o en contra de las “mujeres” o los “hombres”, si no en pro del cuestionar la desigualdad e injusticia social que esta división ha generado, genera y tolera. Y aunque el origen de la “perspectiva de género” radica en los feminismos, no se trata de lo mismo, ya que el feminismo otorga a la “perspectiva de género” un contenido político que visibiliza y cuestiona las relaciones de poder y subordinaciones existentes.

Así que dejemos las confusiones atrás y permitámonos abrir un diálogo pacífico en pro de la justicia social. Afortunadamente, “la perspectiva de género” llegó para quedarse.

*Este texto fue publicado originalmente en el Sol de México

Productora audiovisual, activista y académica en temas de comunicación, arte y género por la Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad Nacional Autónoma de México y Universidad Iberoamericana. Estancias de investigación en la Universitat di Barcelona y Universidad de buenos Aires. • Actual miembro de la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión A.C. (México). https://mujerescineytv.org/ • Datos de contacto: https://patriciagaytan.academia.edu/ - patriciagaytan.o@gmail.com

@patydefua