Las brujas se han convertido en un objeto popular de leyenda, de diversión, de juego y se les atribuye al mundo de la fantasía; un duende, un fantasma o un hada son equiparables a lo que relacionaríamos con esta figura, sn embargo, la mujer torturada y asesinada durante la Edad Moderna queda en el olvido. 

La persecución y linchamiento por parte de la Iglesia y el Estado durante tres siglos, nos parece una parte normalizada de la historia, como si la caza de mujeres bajo cargos prefabricados, el exterminio de poblaciones indigenas nativas americanas y la tortura inhumana fuese un hecho que no debería asumir mayor relevancia. 

El Segundo Encuentro Feminista Internacional sobre la Caza de Brujas, señala que no sólo se trata de un fenómeno impulsado por la religión, sino que, a la par, obedeció intereses de conquista y colonización, especialmente en Brasil, Colombia y Perú.

Asimismo, la organización retoma la idea de que esta cacería de los siglos XVI, XVII Y XVIII, doblegó la rebelión de la mujer y definió nuestra posición social en el desarrollo de un mundo capitalista.

“Se hizo un uso sistemático de la violencia contra las mujeres, utilizando, entre otras herramientas, la acusación de brujería como medio de disciplinamiento y control del trabajo, la reproducción, la sexualidad y el cuerpo femenino.”

Lo que no se recuerda, se repite

Para no olvidar, hay que recordar. Es por ello, que siempre es prudente traer a colación que la violencia sistemática siempre ha adiestrado el comportamiento y encasilla a la mujer en labores que no pongan en una posición incómoda al Estado.

“Aún existen estos picos de persecución, el Estado arremete contra mujeres indígenas o afrodescendientes, mujeres mayores o lesbianas, mujeres de sabiduría, defensoras territoriales o lideresas sociales y ambientalistas”, señala en el boletín, Campaña por la memoria de las mujeres perseguidas por brujería

Un hecho histórico tan relevante, podría pensarse como un objeto de estudio de grandes investigaciones que nos ayuden a construir un panorama sobre las causas políticas, económicas y sociales que en esos años, definieron el mundo y cuál es la influencia que repercute en la sociedad actual. Sin embargo, estos sucesos en el tiempo han quedado postergados, como si se aceptáramos en nuestra cotidianeidad hechos tan inhumanos y violentos. 

“Antes del movimiento feminista, sólo pocos expertos habían abordado este tema, produciendo textos y artículos disponibles para un número limitado de académicos; nunca se ha concluido en ningún curriculum académico”, explica el movimiento Memoria de las Brujas

La memoria de este trozo de historia nos corresponde a todas las mujeres y grupos vulnerables; es momento de reconocer a las brujas como mujeres artesanas, campesinas, parteras, proletarias y esclavas. Finalmente, la organización señala que siempre se debe tener presente la conexión con nuestro pasado y  con ello, darle una lectura diferente a la onda global de violencia contra la mujer.