La industria de cumbustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) abarca el 80% de la demanda actural de energía a nivel mundial, según Naciones Unidas. En este sector solo 2 de cada 10 trabajadores son mujeres, esta cifra sube a 3 de cada 10 en el ámbito de las energías renovables, con base en datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA 2019).
En las estadísticas de acceso a la energía, las mujeres se ven más afectadas que los hombres y sufren más de pobreza energética. Rebeca Tobias, de Greenpeace, menciona que en zonas rurales ellas son las principales proveedoras de la energía para calefacción de sus hogares, sin embargo, esto las hace más proclives a desarrollar enfermedades respiratorias por el tipo de combustibles que emplean para energizar sus hogares (leña, carbón, queroseno, etc.). Además de que cubrir las necesidades básicas de calefacción y cocción de alimentos implica aproximadamente el 50% de sus ingresos.
Sin embargo, debido a esta situación, las mujeres han comenzado a impulsar cambios en sus comunidades y trabajos que les permitan tener igualdad de derechos de acceso a la energía.
La energía solar favorece la autogestión, la cual brinda facilidades para que las mujeres puedan incorporarse al mercado laboral. según la Agencia de noticias InnContext, cada vez hay más mujeres trabajando en el sector de energía solar. Específicamente en el rubro de energía solar fotovoltaica, donde 4 de cada 10 trabajadores son mujeres, lo cual representa el doble que en el sector de combustibles fósiles.
¿Quiénes son las Solar Sisters y las Solar Mamas?
La participación de las mujeres en puestos como ingenieras, técnicas o de investigación en el área de energía ha sido mínima en todo el mundo. Según datos de Naciones Unidas, las mujeres representan sólo el 28% en carreras de ingeniería y quienes se dedican a la investigación en esta área suelen tener carreras más cortas, peor pagadas y no se les suele considerar para ascensos.
Sin embargo, a nivel mundial se han creado redes alternativas para destacar el trabajo de las mujeres en el sector energético. En África, por ejemplo, se encuentran las Solar Sisters, un movimiento de mujeres rurales y con altos niveles de marginación, que se autoemplean en la energía solar para generar ingresos y mejorar los niveles de vida de sus familias por medio de la venta de lámparas solares en sus comunidades.
Otro movimiento son las Solar Mamas, mujeres que han recibido capacitación como ingenieras solares para poder instalar y dar mantenimiento a paneles solares. Esta red surgió en lndia y se ha extendido a América latina, donde mujeres mayas se han capacitado en México y Guatemala. Esta forma de autoempleo también contribuye al desarrollo económico de su región, ya que al aportar iluminación por las noches, las mujeres disponen de más tiempo para trabajar.