La decisión de traer una hija o hijo al mundo ha dejado a la deriva a muchos de ellos, quedándose en el sistema de adopción y a la espera de que una familia amorosa, con valores y con la estabilidad necesaria para criar, las y los reciban. Aunque hay algunos casos que es complicada la adopción, aún existen personas que sí se hacen responsables para brindar un hogar amoroso.
Uno de estos ejemplos es Hannah Ford, una mujer de 86 años que se ha convertido en una celebridad dentro de su comunidad en Carolina del Sur, Estados Unidos, y no por protagonizar películas ni por estar bajo los flashes de las cámaras, sino que por su solidaridad, empatía y responsabilidad con la niñez.
“No veo ningún final a la vista. Mientras Dios continúe dándome fuerza, guía y sabiduría, seguiré haciendo esto”, dijo Erica Woodberry, quien se ha desempeñado como madre adoptiva temporal y permanente, siguiendo el ejemplo de Hannah Ford.
Según información de Today, esta costurera jubilada, quien quedó viuda hace un poco más de dos décadas, se ha dedicado a ser madre adoptiva de una gran cantidad de niños que quedaron huérfanos o que fueron abandonados.
En total, Hannah ha criado 189 niños en su casa a lo largo de los años. De esos niños, 7 fueron adoptados de forma permanente por ella. En la década de 1980, Hannah fue testigo de cómo sus hijos iban creciendo y formando sus familias propias. Tras la muerte de su esposo se sintió demasiado sola y un amigo suyo le sugirió que podía ser una excelente madre adoptiva. De ahí en adelante no paró nunca más.
Erica Woodberry es una de las niñas con las que Hannah se quedó de forma permanente. Ella tenía 12 años cuando la conoció y una de las cosas que más le quedó en su memoria era su forma de cocinar.
“Nunca olvidaré la primera comida que cocinó para nosotros: chuletas de cerdo. Nunca había probado una carne tan buena“, dijo la mujer, quien hoy tiene 48 años.
La hermana de Erica, Carlotta, quien también fue adoptada por Hannah, dijo que siempre se sintió a gusto con la forma de ser de su madre adoptiva. “Lo que siempre he admirado es su paciencia. Nunca nos gritaba, simplemente te daba una charla“, explicó.
Varios de los niños que estuvieron viviendo con Hannah hoy son profesionales. Una de ellas es Kendall Givens-Little, quien estuvo viviendo con ella por un tiempo. “Ella sabe cómo generar confianza. Era como una figura materna para mí“, dijo.
Ahora Kendall tiene títulos de la Universidad de Claflin y de la Universidad de Howard, mientras se dedica a ser directora del área de comunicaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Sur.
Hannah, a pesar de su edad, espera poder seguir acogiendo niños y no se ve retirándose de esta actividad. De hecho, está actualmente acogiendo a dos jóvenes, uno de 16 años y otro de 10 años.
“No veo ningún final a la vista. Mientras Dios continúe dándome fuerza, guía y sabiduría, seguiré haciendo esto. Hay demasiados niños por ahí necesitados. Están saliendo de situaciones en las que no son alimentados adecuadamente, no son amados adecuadamente. Ellos me necesitan y yo los necesito“, afirmó.