“Su hija, no tendrá permitido usar el sanitario de mujeres y los lockers femeninos de nuestra escuela, de acuerdo con la  ley en Iowa, esta ley iniciará inmediatamente”, con este mensaje recibido por parte del Departamento de Educación, Alex Kolker, padre de una adolescente trans ha decidido denunciar públicamente la manera en que se están vulnerando los derechos de su hija, pues aunado a esto, compartió en un texto todo el acoso y transfobia que ha vivido al interior de la institución.

La menor tiene 12 años e inició gracias al apoyo de su padre, un tratamiento hormonal desde los 10años, es decir, que desde hace 2 años la adolescente ha tenido “bloqueos hormonales”, explica Kolker. Este proceso se ha hecho con el objetivo no de cambiar su género, sino de brindarle la opción de decidir más adelante si desea iniciar su transición

“Esto significa que ella tiene el cuerpo de una niña de 10 y el Estado quiere meterla a vestidores con adolescentes, esto es una receta para el desastre, esto es sádico y cruel”, compartió Alex Kolker.

La decisión de la institución y la postura firme del padre ha desencadenado una serie de debates que intentan persuadirlo, sin embargo, Alex Kolker está convencido de que privar a su hija de su identidad es un acto que la desprotege y la expone a múltiples violencias. 

A manera de cuestionamiento, el padre de la menor ha pedido que se deje fuera la política, las leyes, la religión, la genética y la psicología de su hija y pregunta, ¿qué pasaría si una adolescente trans de 12 años que se viste como chica, entra a un vestidor lleno de adolescentes sin alguna supervisión?

Esta última reflexión deja al descubierto la cantidad de violencias a la que su hija estará expuesta, y comparte que en diversas ocasiones ella tuvo que salir minutos antes que sus compañeros congéneres sólo para no encontrárselos en los pasillos y ser acosada. 

Por su parte, la institución ha indicado en un comunicado que para evitar situaciones que vulneren a la menor, se le “permitirá” utilizar el baño de enfermería o docencia, sin embargo, la familia Kolke no está conforme con esta resolución, pues no se trata de excluirla de los espacios, sino de hacerla sentir parte del género con el que ella se identifica y ser tratada de manera igualitaria. 

La familia Kolke enfrentándose a un cambio de leyes

Hace ocho años, cuando la hija de Alex Kolke inició su educación preescolar, la institución recibió a la alumna y respetaron sus pronombres femeninos. Su educación parecía apuntalar a que transcurriría sin mayor obstáculo, sin embargo, con la subida al poder del gobierno demócrata en Iowa, las leyes que protegían a las personas trans se disolvieron. 

Eso significa que aunque las instituciones protejan y reconozcan la identidad de sus alumnos, las leyes estatales no permiten que las infancias y adolescencias ocupen espacios según el género con el que se identifiquen, esto implica desde cambiadores, lockers, equipos, grupos de estudio o actividades extracurriculares separatistas

Estas modificaciones permean directamente en la familia Kolke, pues de acuerdo con el padre, la menor es una gran apasionada al voleibol y cuando se le buscó incluirla a un equipo femenil, se le negó su participación por violar las leyes de Iowa. 

A la edad de cuatro años, la menor habló seriamente con sus padres y les dijo que su anhelo más grande era ser una chica, “aunque ella a esa edad ni siquiera entendía exactamente qué era ser una”, comparte su padre en un artículo para Newsweek. 

Después de hacerles saber de su decisión a sus padres, ellos estuvieron de acuerdo en respetar sus pronombres y su identidad. Ese mismo año, en Halloween, utilizó un vestido por primera vez y una peluca, pues quería disfrazarse de su princesa favorita: Bella. 

“Ella pretendía desde pequeña tener el cabello largo, hasta que tuvo la oportunidad de dejarlo crecer por sí misma. Ama hacerse las uñas, salir con sus amigas a comprar ropa y comprar cosas ridículamente caras en Lululemon, como cualquier chica de su edad (…) ha pasado por tanto acoso, violencia psicológica y física, es devastador lo que están haciendo con ella”, sentenció el padre.

Aunque existen múltiples comentarios detractores indicando que todo se trata de una etapa y que la menor pronto crecerá, el padre ha mandado un mensaje poderoso en el que narra todas aquellas veces en que su hija cambió de parecer; clases de matemáticas, de alemán, ballet, programación y una larga lista de actividades que terminó por abandonar por su indecisión, pero si existe una convicción inamovible en los ojos de su hija es que ella es mujer

“Su indecisión es parte de su naturaleza, pero ella jamás, ni siquiera una vez en sus 12 años de vida ha dudado si es o no una chica. Ni una vez. Para ella, esto es un hecho y no un cuestionamiento, es tan natural, como preguntarle si tiene pies o no”

Finalmente, la familia ahora se encuentra exigiendo una respuesta al estado de Iowa para modificar las leyes o bien, para entablar una conversación que les permita entender, en palabras de sus padres, ¿por qué al Estado le importa tanto en dónde orina su hija?