Jamás Besada es un clásico de las películas adolescentes. La historia de Joise Geller (Drew Barrymore), una periodista de 25 años, que regresa a la preparatoria para escribir un reportaje infiltrada en una preparatoria. El filme de 1999 refleja estereotipos adolescentes y cuenta una historia de amor. Sin embargo, verla con lentes violetas me hizo cuestionar desde otra perspectiva.  

En las películas románticas se habla de la búsqueda de la “media naranja”, “la otra mitad” o “del indicado”, esta película no es la excepción. Una de las primeras premisas del filme es que Joise Geller jamás ha recibido un beso de “verdadero amor”, pero ¿qué sucede cuándo no hay ni amor propio? 

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La película refuerza y revive los malos recuerdos de Joise en la preparatoria, donde era considerada “nerd”, “ñoña” y “rara”. Ella en búsqueda de la historia perfecta, y ocho años después de haber estado en preparatoria, hace diferentes intentos por ser aceptada en el grupo popular de la escuela en la que está infiltrada. 

El amor propio importa 

Psicólogos concuerdan que el amor propio es una práctica para fomentar nuestro valor y bienestar. Está asociado con la autoestima, la carga emocional y el concepto del yo. Cada persona es responsable de cultivar y cuidar su amor propio. 

Foto sacada de internet 

La psicóloga y psicoterapeuta Frauky Jiménez recomendó a El País lo siguiente consejos para comenzar a cultivar el amor propio:

1. Romper la cadena de pensamientos negativos

La película se encarga de mostrar todos los malos momentos que vivió Josie mientras cursaba la preparatoria, las bromas y humillaciones crueles que sufrió. La proyectan como un personaje “perdedor” que busca ser salvada por la magia del amor. 

Sin embargo, en un momento de la película Joise tiene un desfogue para gritar “No soy Joise Grossy” (su apodo de la preparatoria) y da un destello de amor propio para romper con el estigma que tenía sobre ella misma.

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2. Logros personales 

A pesar de tener poca información, parece que Joise es una persona muy inteligente y gran escritora. Trabaja en el Chicago Sun-Times y se dedica al periodismo y a escribir, también era buena en matemáticas pero parece de poco interés para ella. 

Constantemente cuestiona cuándo su profesor y después “príncipe azul”, reconoce su gran trabajo literario. Sin embargo, la película le da más peso al logro de haber sido invitada al baile por el chico apuesto de la preparatoria y haber sido coronada como la reina del baile. 

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Aún así, al defender a Aldys, la chica “nerd” habla sobre la carga de las apariencias y da otro destello de amor propio.

3. Construir un sistema de apoyo

Por último, parece que Joise no tiene una red tan sólida de apoyo. La historia está centrada en la búsqueda del amor verdadero, y no muestra otros vínculos afectivos. 

Está su hermano Rob con el que tiene una buena relación, pero no olvidemos que fue él quien la apodó Joise Grossy; también vemos a una amiga de la preparatoria, pero ella únicamente le avisa que será invitada por el chico del que Joise vivía enamorada. En una escena alcanzamos a ver a lo lejos a su mamá, pero no más. 

Sus compañeros de trabajo tampoco se observan como gran vínculo afectivo, pero son más cercanos y la conocen mejor. En la escena final, parece que Joise tiene una red “sólida” de apoyo, sin embargo todos son personas que esperan ver cómo encuentra a su “otra mitad”. 

Sin romantizar mucho, parece que Sam, el príncipe azul, es el único que cree en ella desde el comienzo y por esa razón al espectador le da gusto que acaben juntos. 

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Jamás Besada es un clásico y una película que se puede disfrutar cualquier tarde lluviosa o domingo en el sillón. No es mi objetivo satanizar ni cancelar la película; pero si ver más allá y cuestionar los mensajes con lentes violetas. 

Por último, empecemos a cultivar nuestro amor propio, como dijo Audre Lorde: “Cuidar de mí misma no es un acto de autoindulgencia, es autopreservación, y esto es un acto de guerra política”.