La situación en nuestro país relacionada al Instituto Nacional Electoral ha generado gran revuelo entre las instituciones y la población, por lo que algunas organizaciones han impulsado realizar una manifestación en favor del INE. En una de estas reuniones, una simpatizante de la manifestación lanzó un desafortunado comentario que enardeció las redes. 

Fue a través de twitter, que un reportero compartió el momento en el que durante una intervención, la mujer señal; no sabe ni de lo que se trata (del tema), rápidamente, el moderador interrumpió y pidió entregar el micrófono a los otros participantes. 

Algunos usuarios señalaron que se trataba de su derecho a la libertad de expresión, sin embargo, la mayoría de comentarios apuntaban a que el clasismo, bajo ninguna circunstancia, era una expresión válida. Asimismo, comentaron que el hecho de utilizar “mi sirvienta” era un acto discriminatorio que perpetuaba la idea de propiedad; “decir que es SU sirvienta es crear una relación de poder que lleva a la gente a abusar”

El próximo 13 noviembre, se espera la manifestación a favor del INE, luego de que se diera a conocer que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha propuesto modificar esta institución con la finalidad de asegurar una democracia auténtica y evitar los fraudes electorales, señaló. 

¿Entonces, el comentario fue clasista o no?

La violencia y discriminación parte desde el lenguaje, por lo que es importante destacar que las trabajadoras del hogar no son sirvientas de nadie, ni tampoco chachas, ni limpiadoras. En México, 2.3 millones de personas se dedican a este trabajo y 9 de cada 10 son mujeres; este universo es del mismo tamaño que la población de Tabasco. 

Sistemáticamente, han sido oprimidas, invisibilizadas y estigmatizadas y gran parte, no cuenta con ninguna garantía, contrato, seguridad social ni otras prestaciones que por derecho, les corresponden, señala el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (CONAPRED).

La relación de poder, dicta que existe un subordinado y un empleador, lo que lleva a pensar que en la práctica de servir a otros, se puede ejercer violencia, discriminación y pretender que se puede desdibujar la línea de los derechos laborales bajo el pretexto jerárquico; es mi sirvienta y yo le pago por ello.  

Pretender que las trabajadoras del hogar no conocen los temas que acontecen en el país, conlleva la creencia de que son personas ignorantes y perpetúa el discurso de la desigualdad social y el clasismo. Para el el sociólogo francés Pierre Bourdieu, el educacionismo apunta a un sesgo discriminatorio cuando se tiene el privilegio de tener acceso a la educación (información) a diferencia de las personas que no, estas últimas señaladas de ignorantes o con nulos conocimientos. 

Finalmente, en redes los usuarios han señalado que si bien se trató de un acto despectivo, es necesario no desacreditar a los movimientos que están a favor o en contra de la posición del presidente, pues indistintivamente, se trata de ejercer una postura desde la libertad sin caer en la estigmatización. 

A.D