Las amistades terminan, decimos adiós, procesamos el duelo, ¿y luego? ¿Qué pasa con aquellos sentimientos de melancolía? A lo largo de nuestras vidas, vivimos varias rupturas con nuestras amigas, en el momento no sabemos cómo reaccionar. Aunque, lo hemos superado, las recordamos con amor y cariño. Al respecto, Rebecca Traister, periodista en The New York Times explica que la amistad femenina ha sido la base de la vida de las mujeres.
"Históricamente, las amistades entre mujeres nos han proporcionado atención, afecto y una salida para el intercambio intelectual o político en épocas en que el matrimonio, todavía una necesidad principalmente fiscal y social, no era una institución de la que muchas pudieran estar seguras de obtener placer sexual o de compañía"
Ya no somos amigas
A medida que vamos creciendo, gran parte de nuestras amistades tomaron rumbos diferentes, pues las etapas de nuestra vida nos han guiado por caminos diferentes.
Es un largo proceso aceptar que las amistades acaban, que no siempre es por un mal entendido o una gran pelea, sino que simplemente nuestros objetivos ya no son compatibles. Los procesos han sido doloroso, pues recordar los momentos de amistad generan melancolía, casi como si fuera una ruptura amorosa pero peor, concuerdan feministas.
“Entre las verdades en gran parte no reconocidas de la vida femenina contemporánea, está que las relaciones fundamentales de las mujeres tienen tanta probabilidad de ser entre sí como con las parejas románticas que, se nos dice, se supone que nos completan” menciona Rebecca.
Te recuerdo con amor
En uno de los artículos publicados en La Cadera de Eva se señaló que entre las amistades de mujeres también se reproducen prácticas patriarcales de abandono, ya que, se pone en evidencia el valor que le damos a nuestras amistades. Aquí es donde podríamos preguntarnos, ¿cómo sanar después de terminar con la amistad?
Como varios artículos mencionan, también pasamos por un proceso de duelo, ya que, sufrimos por una pérdida afectiva. Por lo que, ¿qué pasa después del duelo y la superación?
Para mí fue cuestión de tiempo comprender que aunque mis sentimientos eran válidos, las amistades que en un momento fueron importantes quería recordarlas como una experiencia de lo que aprendí.
Recordar los momentos difíciles, las risas, las salidas o las conversaciones tontas y no tan tontas me ha ayudado a comprender lo que ahora busco en mis nuevas amistades pero también lo que yo ofrezco como amiga, pues reconocer si nos equivocamos también es parte del duelo.
Normalizar que así como el amor romántico no es para siempre, tampoco las amistades. Es importante manejar la situación, que eso implique menos dolor, es decir, tu autocuidado. Normalicemos el término de las relaciones de una forma sana, empática y feminista, escribe Diana.
Ahora, aquella melancolía se ha convertido en recuerdos llenos de cariño; así pude dar por terminada la relación de manera sana y recordar con amor a las personas que transitaron en mi vida.
Una publicación compartida por Cejas Pobladas (@lascejaspobladas_)