Rosa decidió abrir su puesto de antojitos después de vivir acoso laboral y falta de reconocimiento en el restaurante donde trabajaba, en el que duró más de 10 años. Durante la pandemia, su sueldo fue de 700 pesos semanales con una jornada de 11 a 12 horas por día y sólo un día de descanso.

“Por más que das el cien en un trabajo no te lo valoran, quería tener un negocio para poder usar mi tiempo y valorarme”, contó para La Cadera de Eva.

“En el trabajo siempre hay bullying y acoso laboral, en el aspecto de que te exigen mucho y no reciben algo a cambio. Si sale algo mal, fuiste tú quien fallaste. Si sale algo bien, no te lo valoran”, relató.

El acoso laboral que vivió Rosa María fue de apodos y falta de reconocimiento de trabajo.

“Ya no aguanté más, de tiempo atrás ya quería hacerlo hasta que mi pareja actual me ayudó”, señaló.

NUEVO COMIENZO

“Rossy” es el nombre de su negocio, para abrirlo tuvo que enfrentar muchos miedos. Sin embargo, a diario se daba cuenta que podía lograrlo. Con la ayuda de su familia, sobre todo sus hermanas, pudo poner su negocio.

“La espinita me la quitó que día con día me di cuenta que sí podía.”, compartió.

Durante la pandemia Rosa ganaba700 pesos a la semana, en el restaurante donde trabajaba, y un poco extra por las propinas, ahora genera ingresos que le alcanzan para contratar a dos empleadas más.

“Creo que gané al haber tomado esta decisión, si sentí descontrol, es una vida diferente. Estamos acostumbrados a una rutina, trabajar tus 11 o 10 horas diarias en una empresa y no tienes vida social, el poco tiempo que tenías era para hacer tus cosas”, compartió.

Ahora Rosa cuenta que tiene más tiempo para su familia y ella misma, abre a la hora que quiere, pero también cuida las necesidades de sus comensales.

Ahorita es mi negocio, abro cuando tengo pensando, siempre y cuando no fallar a los comensales, pero tengo más tiempo para mí y para mí familia.

Ella aprendió a cocinar por su mamá y ahora quien la asesora son sus hermanas. Rosa invita a las demás mujeres a abrir su negocio y vencer el miedo: “Siempre da miedo lo nuevo, porque a mí esto me dio miedo, aunque sé trabajarlo, era desconocido, uno llegaba a una empresa y estaba todo hecho y tú nada más ‘meserear’, aquí hay que elaborar todo, trapear, cocinar, comprar, pero  sí se puede”, comparte.

MUJERES EN LA INFORMALIDAD

En México, el 26 por ciento de las trabajadoras son emprendedoras; sin embargo, el 82 por ciento de ellas se encuentran en el trabajo informal, lo que representa a más de cuatro millones de mujeres, reportó el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). 

Las emprendedoras se enfrentan a tres retos principales para formalizar su negocio: el alto costo de los trámites administrativos, la falta de acceso a financiamientos; y, la falta de capacitación en temas financieros, contables y de desarrollo de negocios. No obstante, la formalidad podría brindarles beneficios como acceso a nuevos mercados, opciones de financiamiento o consolidar una autonomía económica que impacte a la productividad del país. 

En 2019 se registró que 23 mil 542 personas dejaron su empleo, ya sea por acoso o discriminación, en el primer trimestre del año, la mayor cifra para un periodo similar en los últimos 10 años, de acuerdo con datos del Inegi.