Un grupo de cinco mujeres limpian la periferia de la ciudad de armas de fuego, arriesgando su vida evitan que los peligros de la guerra sigan perjudicando la vida de los iraquíes. Desde junio han sido entrenadas para la desactivación de explosivos, su entrenamiento contempla conocimientos teóricos y prácticos. 

Cerca de la frontera entre Irán e Irak, en un camino remoto a la ciudad se encuentra el acceso a una zona de minas. Los y las habitantes del sur de Basora transitan por el territorio con la preocupación de que en algún momento ocurra una explosión.

El pasado mayo, las jóvenes recibieron certificaciones por parte del  Ministerio de Salud y Medio Ambiente, lo que les permitió empezar con la limpieza de las zonas minadas. Su jornada comienza en planta desde las cinco de la mañana, dando término a la una de la tarde. 

Irak es conocido por ser un país conservador y tradicional, las ciudades del sur del país lo son aún más, ya que abundan las zonas tribales. Ahad, de 24 años y, lo confirma.

 

“No se imaginan lo difícil que es para una mujer conseguir un trabajo en Basora, un lugar tan tradicional. Quizás desde aquí podamos transmitir una visión distinta a nuestra sociedad. De todas formas, tampoco nos importa lo que digan”.

Tienen una zona de entrenamiento donde comprueban las herramientas y los detectores utilizados para las minas. Además reciben supervisión y capacitación por parte del Servicio de Actividades Relativas a las Minas de las Naciones Unidas (UNMAS, por sus siglas en inglés), organismo que también apoya económicamente a la empresa Al Khebra Al Fania. 

Anwuar, una joven de 27 años, menciona que ha sido más fácil aceptar el oficio en comparación con las demás chicas. Su padre trabajaba detectando minas marinas en Irak en los 90. 

“Mi madre estaba algo más preocupada, pero también me acabó apoyando”, afirma la joven de 27 años.

Limpiar 2.135.000 metros cuadrados es el objetivo que tienen, pero el tiempo que tarden depende de muchos factores. “Este trabajo es lento. Pueden ser un par de años o más. En esta parte de Irak las condiciones climáticas son extremas, los animales nos estorban, estamos en un país inestable y la financiación también es algo indispensable para seguir trabajando”, afirma Mohamed Abd Al Hasan, director de la empresa.

Con información de El País

SC