Tras el estreno de la nueva película de Pixar “Red”, parte del público encontró como “incómoda” y “rara” la historia donde la protagonista de la película, Meilin (Mei Mei para la familia), comienza  su proceso de menstruación. 

La directora, Domee Shi, y la coguionista, Julia Cho, han trabajado con una metáfora bastante adecuada para describir la experiencia que es pasar de ser niña a adolescente y experimentar cambios de todo tipo en el propio cuerpo. 

Mei Mei tiene 13 años y vive en Toronto, en 2002. Su personaje como el modelo de la hija única perteneciente a una familia de origen chino, destaca la experiencia de la pubertad. Su madre puede inscribirse en el estereotipo asiático-americano de la Madre Tigre: una mujer recta e implacable que tiene en su hija una especie de proyecto de excelencia. 

Sin embargo, todo eso cambia el día en que Mei Mei se despierta…convertida en panda rojo. De pronto es una criatura con cambios de humor impredecibles, huele raro y no consigue controlar sus emociones. Como toda puberta, tiene conflictos con su madre y por su puesto tiene la urgente necesidad de ir a ver a su boy band favorita, los 4*Town.

“Red” se ha convertido en la primera película de Pixar dirigida por una mujer: Domee Shi; quien ha recibido tan buenas notas como la propia Mei Mei (tiene un marcador del 95% en el sitio de reseñas más importantes de Estados Unidos: Rotten Tomatoes). Aunque por parte de críticos como Maya Philips, del New York Times, se preguntan si su retrato de las mujeres asiáticas es representación o estereotipo.

MENSTRUACIÓN Y FLORES 

La polémica desatada por la película se ha centrado en la representación de las personas no blancas, pero llama la atención cómo algunos reseñistas son incapaces de entender los mensajes claros que deja la subtrama. Es decir, el público “más experimentado no encuentra” una película sobre una chica cuya “peonía roja ha florecido”, como dice poéticamente la madre de Meilin, incorporando así un eufemismo floral a los muchos que las mujeres han usado en todas las culturas para referirse a la menstruación.

La columnista Begoña Gómez Urzaiz menciona para su artículo en El País, que la menstruación ha sido siempre un tema tabú en la casa del ratón. Existe una rareza llamada La historia de la menstruación, un corto de diez minutos que Disney produjo para la empresa Kimberly-Clark en 1946 y que se emitía en las escuelas. “Pero aparte de eso, a nadie se le ocurrió aludir a los cambios hormonales de Mulan, Moana o Mérida de Brave”, afirma.

En Red, el tema estuvo siempre en el centro de la película, empezando por el título, como ha explicado una de las productoras, Lindsey Collins, a la revista Polygon. “Fue lo primero que pusimos en la producción. Lo incluimos en las primeras versiones del guión. Y todo el mundo en el equipo apoyaba que había que tener estas conversaciones reales sobre el periodo en este momento de la vida de las chicas”, dice Collins. Es importante destacar que la mayoría del equipo de producción del polémico filme son mujeres. 

Mencionan que uno de los objetivos de la película sí es incomodar a la audiencia, pero que a su vez con un toque de comedia, el tema de la menstruación pueda normalizarse y dejar de lado los sentimientos de vergüenza que han causado los mitos y tabúes

“Espero que ponerlo en la pantalla y hacer que sea algo cringe pero también divertido y parte de la historia, lo normalice” comentó Collins en entrevista.

¿INCOMODIDAD MASCULINA?

Algunas reseñas de la nueva entrega de Pixar, principalmente de varones, expresaron que sencillamente “no la entienden” o la consideran una “rareza nicho”. Muchas de estas reseñas se han expresado en términos similares: “Esto no es lo que suele hacer Pixar. Solo veo a un grupo muy pequeño de personas capaz de entender esta película”, señala una reseña del público, también en Rotten Tomatoes. “Esta historia está dirigida a una audiencia muy específica y si no entras en esta categoría no es para ti (…) Prefiero volver a ver Cars 2”, decía otro usuario.

El crítico Sean O’Connell escribió en su reseña para CinemaBlend: “Sin duda, Red es la película más cachonda de la historia de Pixar, cosa que los padres encontrarán sorprendente. Reconocí el humor del filme, pero no conecté con él en absoluto. Enraizando Red de manera tan específica en la comunidad asiática de Toronto, la película parece hecha para las amigas de Domee Shi y su familia inmediata. Lo que está bien pero…parece un poquito limitado”. 

Así como otros guiones de Pixar, ya hablen de peces desmemoriados, de ratas gourmet o de robots melancólicos, apelan a toda la humanidad, éste, protagonizado por una chica chinocanadiense, no lo consigue, según menciona Begoña Gómez Urzaiz en su artículo para El País. 

 “Algunas películas de Pixar están hechas para audiencias universales. Red no. El público de ésta parece muy específico y estrecho. Si estás ahí, quizá funcione para ti. Yo no estoy. Fue agotadora”, mencionó el crítico cinematográfico. 

“La animación solía ser sobre todo de hombres”, dijo John Lasseter (director del estudio de animación Pixar) en 2015, quien fue acusado de abuso sexual en 2017. Lo sigue siendo en su mayoría como muchas de las profesiones y oficios donde las mujeres han tenido que pelear por conseguir equidad en las condiciones laborales. 

“Esto es lo que pasa cuando los hombres blancos se presentan como el modelo único. El público ha empatizado con protagonistas masculinos y blancos desde siempre pero de pronto tienes a una chica asiática en la animación y esta gente cuestiona su existencia” tuiteó un medio llamado POC Culture. O’Connell, que es de hecho el director del medio, se disculpó y dijo que aceptaba los correctivos.

MUJERES CONTRA EL CINE PATRIARCAL

Según un estudio de Zippia, solo el 26% de las personas que trabajan en la animación en Estados Unidos son mujeres. Ha tenido que ocurrir que una película del mayor estudio de dibujos animados tenga por primera vez una directora, una productora y una guionista para que un filme hable sobre la regla. 

Un tema que para los varones que emiten libremente sus opiniones será siempre “alienante” y “muy específico”, afirma la columnista Begoña Gómez Urzaiz. 

Con información de EL PAÍS