June Fernández, una periodista defensora del perreo escribe: “¿O sea que si yo me froto contra un tío es para darle gustito a él? ¿Acaso no creen que frotarme contra una pierna o un paquete me da gustito a mí?”.  Gran parte del estigma que rodea al perreo viene de la idea de que las mujeres no son seres sexuales, su origen viene de estereotipos de lo que una mujer puede y no hacer, de lo que es apropiado y lo que no, según la sociedad.

En diversos artículos June Fernández cuestiona los prejuicios sociales que giran en torno al reguetón; “si hay un reparo ante el reguetón que me gusta rebatir es el de que es un baile machista porque la mujer se mueve para darle placer al hombre. Es curioso porque, bajo una premisa aparentemente feminista, una vez más se niega la sexualidad y el placer de las mujeres.

“(…) Mover el trasero no me hace ‘menos mujer’, ni ‘menos feminista’, ni una ‘perra’, ni una ‘fácil’, o una ‘putona’, expresa la comunicóloga Gabriella Nava en un artículo escrito para el blog Antes de Eva. “Nos tachan de fanáticas, pero son las personas ajenas a nuestra causa quienes se han encargado de ponernos estas características de secta como: no bailarás reguetón, no te depilarás la axila, no usarás maquillaje, no tendrás como pareja a un hombre, y una larga, muy larga lista de estigmas sobre el feminismo”, puntualizó Nava.

 

De acuerdo con Spotify, en México, el reguetón fue el género que marcó tendencia en la década, con artistas, álbumes y canciones del género ocupando la mayoría de las posiciones en los tops del país, junto con el Regional Mexicano y el Pop. J Balvin es el artista más escuchado de la década en México, y se consolida como uno de los artistas latinoamericanos más reconocidos en todo el mundo (…).

El perreo también es conocido como twerking o booty dancing, que es un estilo de baile asociado a este género musical, el cual nació en Puerto Rico y República Dominicana, que hace alusión a una postura sexual.

Gracias a esta combinación, escribe Teresa Vaquerizo para el periódico El País, el reguetón “molesta a los sectores más conservadores, con unas letras y unos movimientos de baile que se consideran obscenos, por otro, la aparente simplicidad de su música y la vulgaridad de sus letras hace que los intelectuales se lleven las manos a la cabeza”. Es aquí donde surge una vertiente del movimiento feminista, conformado por mujeres investigadoras, periodistas, comunicólogas y artistas, que defiende y afirma que el reguetón es una herramienta empoderadora infalible.

Por su parte, la periodista Catalina Ruiz Navarro, una de las principales defensoras del “perreo” desde hace algunos años, explica, que este tipo de prejuicios se deben a que “se cree que el único motivo para mover el culo o mostrar la piel es la atención de los hombres” y es en este punto donde resulta importante pensar en el concepto de male gaze. Este es un concepto que fue acuñado en 1975 por la teórica del cine y feminista, Laura Mulvey, y el cual hace referencia a la mirada masculina, “relegando a la mujer a un estatus de objeto para ser admirado por su apariencia física y para satisfacer los deseos y fantasías sexuales del hombre”. Esta idea es tan fuerte que se cree que es la única razón que tienen las mujeres para actuar y en esta avalancha de prejuicios se le obliga a la mujer a rechazar el sexo, al creer que cualquier alusión es una invitación para los hombres.

Pero lo que es importante entender del perreo es que las mujeres deciden “cuándo, cuánto, cómo y con quién perrea” y en tales condiciones, mover las caderas al ritmo de la música es siempre una experiencia empoderadora, de la misma manera que el sexo consensuado lo es también.

En este panorama, del reguetón y el perreo como herramienta para empoderar a las mujeres, surgen diversas propuestas musicales, principalmente en Latinoamérica, con las que las mujeres incursionaron en el mundo del reguetón y el trap.

¿El reguetón es una respuesta del sistema patriarcal ente el movimiento feminista?

La principal crítica que existe hacia el reguetón es por letras que lo acompañan y el mensaje que transmiten sus canciones. Esta postura enfatiza la idea que la música no es sólo ritmo.

“(…) también son letras y, ya se sabe, allí donde esté la palabra, hay un mensaje” explica al respecto Fernando Bonete Vizcaíno, para El Debate. “Nos gusta bailarlo y la diversión que va con ello, pero ¿qué predica el reguetón?”, es parte también de lo que nos cuestiona en su artículo.

Siendo la fiesta, la bebida y el sexo los principales temas que se abordan en las canciones, en donde las situaciones son protagonizadas, en la mayoría de los casos, por mujeres. ¿Qué idea está dejando en el imaginario colectivo este tipo de música?

Para Vizcaíno el reguetón “concibe a la mujer como un ser sin conciencia, o con muy poca, guiado por pervertidos instintos primarios masculinos. Una mujer sin inteligencia, incapaz de controlar racionalmente un comportamiento que se resuelve en beneficio de los hombres; un objeto de consumo creado con el único fin de ser disfrutado”, por lo cual este género se colocaría en la cima de la promoción y justificación de la misoginia.

Por su parte José A. Gómez, en un artículo para Diario 16, expone otra teoría al respecto: nos dice que la música se ha convertido en una herramienta utilizada por el sistema patriarcal en respuesta a los movimientos y postulados feministas, en este caso, el reguetón por su popularidad y la facilidad con la que se accede a él, gracias a los avances digitales, se ha convertido en una de sus herramientas fundamentales para propagar su discurso.

Explica también que, aunque existen artistas como los colombianos Cali & El Dandee, que promueven la idea de que “el reguetón puede perfectamente ser un tipo de música que mantiene su éxito actual sin necesidad de recurrir al machismo o la misoginia”, existe todo un sistema (el sistema patriarcal) que no quiere que ese cambio ocurra.  

El reguetón en voz de las mujeres

A nivel global este género musical se definió como uno de los más populares con intérpretes como Bad Bunny y J Balvin, quienes fueron los artistas masculinos más escuchados en el mundo.

A pesar de su popularidad, tanto en nuestro país como en el mundo, existen muchos juicios y opiniones que giran en torno a este estilo musical, principalmente en si es música que promueve y normaliza las conductas machistas y si las mujeres, mayoritariamente con ideales feministas, deberían escucharla o no. Sin embargo, existen diversas voces femeninas que están deconstruyendo el reguetón. Aquí te compartimos algunas:

Chocolate Remix

Es el nombre con el que se le conoce a Romina Bernardo, una artista argentina abierta y orgullosamente lesbiana, que entró en el mundo del reguetón, en el año 2013, con la intención de proporcionar una mirada diferente ante un mundo regido por el sistema heteropatriarcal. “Cuando empecé hace seis años apenas había referentes femeninos en el reguetón. Faltaban voces en el género, no solo femeninas, también de disidentes sexuales”, explica Romina al hablar de su proyecto.

Torta Golosa

Es un dueto chileno integrado por Osa y Andy, dos lesbianas feministas, como ellas mismas se definen, que surgió en el 2015. Para estas dos chicas “esto es hacer feminismo y es más entretenido así, se recuerda más así, es más fácil invitar a la reflexión y además la pasamos bien y bailamos”, explican sobre lo que significa Torta Golosa para ellas.

Ivy Queen     

Es una cantante puertorriqueña y una de las pioneras en el género urbano ya que incursionó en el desde la década de los 90. Ivy Queen, desde los inicios de su carrera, se ha preocupado por empoderar al sexo femenino y diferenciarse de sus colegas, en cuyo trabajo dominan las letras machistas, lo cual crea un juicio negativo ante el género.

Tomasa del Real

Es una cantante, tatuadora, diseñadora de modas y compositora chilena. Esta artista define su música como cruda y real “No viene de una disquera que te pone a cantar algo que no eres, por ello temas como la sexualidad, groserías y malas palabras son parte de nuestras letras para romper la censura”.

Miss Nina

Jorgelina Andrea, mejor conocida como Miss Nina, es originaria de Argentina. Es una artista dedicada al trap pero con un estilo bailable muy particular. Es una cantante irreverente, y su música transforma los movimientos sociales actuales en diversión y libertad. Sus letras hacen ver la ironía y la necesidad de un cambio en los roles de la música, y por supuesto su profundo desprecio contra la homofobia.

En este contexto, explica la periodista musical Vania Castaños; actualmente es “el reguetón el género que rompe con todos los convencionalismos que criticaba el punk hace más de 30 años”, pensando en que es este género musical, una respuesta revolucionaria en pos del empoderamiento femenino. “No hay nada más subversivo que ir a un bar, sin importar lo que dice la sociedad para bailar y disfrutar de tu vida sin preocuparse por el qué dirán”.

Sin duda algo que debemos tener muy presente es que, en la música, a lo largo de la historia, el reguetón no ha sido el único género musical que tiene una carga machista o misógina, el rock, el pop, la música regional mexicana, entre muchos otros géneros musicales, repiten y transmiten estas conductas y la pregunta que es interesante plantearnos es: ¿por qué sólo se juzga al reguetón?