Evaluna Montaner, en compañía de su esposo, el cantante Camilo han dejado en claro que están buscando una crianza sin género para su bebé Índigo, sin embargo, su abuelo, Ricardo Montaner, ha generado revuelo en redes al referirse con el pronombre femenino y en múltiples ocasiones la menciona como “su nieta”.
En redes sociales algunos comentarios han señalado que es necesario que se respeten los pronombres neutros para Índigo, a la par de otros que defienden a Ricardo Montaner, señalando que la crianza neutra es sólo un capricho de sus padres.
Durante el programa de Disney Plus que retoma la vida de “Los Montaner”, Evaluna y Camilo compartieron con el público que su bebé Índigo crecería con un género no binario, esto con el objetivo que, conforme pasaran los años, pudiera elegir el género con el que se sintiera más feliz.
Una parte importante del debate surgió cuando se explicó que Ricardo Montaner es un hombre de 65 años y que para él es complicado aceptar el tema del género neutro, sin embargo, sobre esta discusión es necesario apuntalar que, independientemente de la edad, la decisión de aprender, transformar y modificar el pensamiento tradicional es un acto individual y a consciencia que no está ligado a la edad. Sobre esta línea la catedrática de la Universidad de Madrid, Raquel Marina Hernández explica lo siguiente:
“Todos creamos por medio de nuestra conducta condiciones sociales que influyen nuestro comportamiento. También los viejos se amoldan a nuevas nociones, es decir, todos somos responsables de qué nos ha tocado vivir socialmente, por lo que también, tenemos la facultad de poder cambiarlo”, señala Raquel Marina.
Es así que podemos hablar de que la vejez, como cualquier etapa natural de la vida, nos permite entender nuevos conceptos, amoldarnos, aprender y revolucionar nuestros pensamientos. La vejez no es señal de poco entendimiento, al considerar a las personas mayores incapaces de reflexionar es caer de manera directa en una práctica discriminatoria.
Sobre la crianza sin género
La crianza sin género tiene como objetivo el respeto para las infancias y romper con el estereotipo que encasilla en una dicotomía de sexos. Una práctica que ha ganado terreno en varios países, siendo Canadá, Suecia, Países Bajos y Alemania los pioneros en este nuevo modelo de crianza que defiende que el género es meramente una construcción social.
En entrevista para El País, la psicóloga Margarita Robles señaló que el respeto a cada familia es muy necesario, pues la crianza es una decisión individual: “las familias deben percibir este respeto hacia sus valores aunque podemos opinar de manera diferente”
Asimismo, la psicóloga señala que es importante separar la genitalidad de la persona, pues la identidad y la fisiología no son lo mismo y no hay una relación entre una y otra.
“Pene: hombre y punto, ese pensamiento es una visión muy simplista de la realidad humana. Educar en género neutro puede ser positivo en cualquier caso, por el proceso evolutivo del infante y no tiene nada qué ver con su orientación sexual”, comparte Margarita Robles para la sección “Mamás y Papás” de El País.
La crianza libre de roles de género tradicionales, abre una oportunidad para elegir, construir sociedades con más oportunidades para todas las personas, romper con la estigmatización del género, le permite explorar y desarrollar la identidad que le haga más feliz. Lo más importante para las infancias es sentirse amadas, respetadas y libres.