Como buena impostora, dícese aquella persona que padece este síndrome, en el que no te crees suficiente o capaz. Norma Cerros, abogada del Tecnológico de Monterrey con una maestría en Berkeley, creó una larga investigación para atestiguar que la brecha de género persiste en México y publicó el libro “Rompe la brecha” de editorial Grijalbo que te hace reflexionar sobre la desigualdad en el campo laboral.

Sí, el concepto de la brecha ya parece desgastado o es tan sonado que no vemos su impacto. Antes de adentrarnos a la entrevista que le hicimos a la abogada creadora de Womerang, te pregunto ¿tienes jefa o jefe? ¿Quién es el dueño o dueña de tu empresa? ¿En el puesto gerencial hay más hombres o mujeres? Cuando han reuniones importantes ¿quiénes son los que encabezan la mesa redonda?

No sólo eso queridas lectoras, si son madres de familia o viven en pareja, -ojalá no sea el caso- ¿Quién se encarga de la administración del hogar? ¿De que haya comida o los pagos de la casa? Todas esas labores de cuidado por lo regular las hacen las mujeres y eso afecta exponencialmente el tiempo para tu trabajo, para tu persona y para tus proyectos.

Vayamos a los datos, cada año, las mujeres llevan a cabo las labores de cuidado remunerado y no remunerado el equivalente a seis semanas de trabajo de tiempo completo, a diferencia de los hombres, según Oxfam. El valor del trabajo que realizan las mujeres es exponencial. En México, según datos de la Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México (CSTNRHM) del Inegi, en 2020, el valor económico de las labores domésticas y de cuidados ascendió a 6.4 billones de pesos, el equivalente a 27.6% del PIB del país, y 73.3% de este trabajo es llevado a cabo por mujeres.

¿Por qué Norma Cerros escribe este libro?

Norma Cerros estudió en 1998 la carrera de abogada en el Tecnológico de Monterrey debido a todas las becas por mérito académico que existían, se graduó con mención honorífica de excelencia en 2002. En 2011 se graduó a Estados Unidos para estudiar una maestría en California en Berkeley e incluso comenzó a trabajar para la Comisión Federal del Comercio (FTC, por sus siglas en inglés), con toda la experiencia que adquirió en el país vecino, regresó a Monterey en 2013 creyendo que lograría el trabajo de sus sueños tras cumplir con todos los requisitos que el entorno y el sistema pedían, no fue así.

Fue a entrevista a una televisora, todo parecía que iba bien hasta que le preguntaron si tenía hijos, dijo que sí, sobre todo cuando señaló quien lo estaba cuidado -o sea su esposo- interés de los entrevistados se tornó distante. Le dijeron luego te llamaos. No le llamaron. Lo mismo pasó en una entrevista con el Instituto Federal de Telecomunicaciones  (IFT) donde pasó algo similar, en este caso le preguntaron sobre un tema que no conocía, ella honestamente dijo que no tenía conocimiento. Cuando el director le preguntó en dónde se veía en 10 años, respondió “en su puesto”. Sabía que no le iban a llamar.

La experiencia de Norma Cerros la hizo darse cuenta de la brecha salarial que existe en México que aún persisten sesgos para tomar decisiones, los datos avalan esta postura que tiene. Cerca del 90% de la población es responsable de un tipo de sesgo en contra de las mujeres; aproximadamente la mitad de los hombres y las mujeres considera que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres; y más de 40% opina que los hombres son mejores ejecutivos empresariales y que tiene más derecho a ocupar un puesto de trabajo cuando no hay, esto avalado por el Índice de Normas Sociales de Género del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Pero, ¿qué hacer para enfrentar la brecha salarial? En la última parte del libro Norma Cerros nos da algunas pautas que se pueden seguir, entre ellas:

  • Instaurar programas de mentoría
  • Fomentar el apadrinamiento o sponsorship
  • Abordar el prejuicio inconsciente
  • Cerrar la brecha salarial de género
  • Otorgar permisos de maternidad y paternidad extendidos
  • Crear guarderías en las empresas

Dentro de las soluciones también está la participación de las empresas y el gobierno. Así que la brecha salarial es un tema que requiere de una solución colectiva, mientras tanto ya hay círculos de mujeres que están apostando por el cambio, entre ellas, Norma Cerros.