Rosario Castellanos fue una poeta, novelista y docente que destacó por su talento y compromiso con la escritura. A través de sus letras resistía a un sistema patriarcal que aprisionaba a las mujeres. Su experiencia como mujer esta presente en la mayoría de sus textos.
"Algún día lo sabré. Este cuerpo que ha sido mi albergue, mi prisión, mi hospital, es mi tumba."
Para muchos y muchas, Rosario Castellanos fue la primera feminista mexicana que alzó la voz contra la opresión masculina a través de su escritura. La novelista, poeta, periodista, diplomática y profesora nació en México, un 25 de mayo de 1925.
Durante su infancia vivió en Comitán, una región del sur de México, llamada Altos de Chiapas. Perdió a sus padres y hermano en 1948, por lo que quedó con medios financieros limitados a los 23 años. Emigró a la Ciudad de México, donde se graduó como maestra en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y obtuvo una beca para estudiar en el Instituto de Cultura Hispánica de la Universidad de Madrid.
La poeta feminista del siglo XX en México
A través de la poesía, Castellanos expresaba sus emociones y su inconformidad con la sociedad patriarcal que confina a las mujeres a la vida del hogar. La autora escribía con elocuencia e ironía sobre el lugar de la mujer en el hogar. Un ejemplo de ello es "Lección de cocina”, uno de los cuatro textos que conforman Álbum de familia. A través de su escritura Rosario plantea el gran conflicto de una recién casada: su labor en la cocina y la limpieza. A través del personaje y las metáforas, Castellanos critica el rol de la mujer en el hogar.
Para muchos críticos literarios, Rosario Castellanos fue la voz de sectores oprimidos, como las comunidades indígenas, los pobres y, sobre todo, las mujeres. El dolor que provoca el conocimiento de la injusticia fue, en gran parte, el combustible que alimentaba la inspiración de la escritora.
En las letras y voz de Rosario Castellanos no existía la vergüenza de declararse abiertamente a favor de la libertad de las mujeres, incluso en la actualidad se le reconoce como una de las primeras escritoras que se proclamó respecto a la situación de las mujeres sin tapujos.
Rosario Castellanos, fotografía tomada de internet.
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Aquellos pensamientos revolucionarios y feministas no sólo estaban presentes en sus discursos, también se encontraban en sus obras. Un ejemplo de ello es la pieza de teatro ensayístico El eterno femenino, protagonizada por una mujer, en la cual se burla del tiempo que las mujeres dedican para verse bien, sacrificando el tiempo para cultivar la inteligencia y el conocimiento.
Rosario Castellanos fue inteligente, hábil con las palabras y la expresión a través de su pluma sin dejar de lado el profundo posicionamiento político que implicaba tocar temas tan polémicos relacionados con la feminidad, como las dificultades y desventajas de ser mamá, la falta de aspiración en las mujeres dedicadas al hogar o la libertad en general del sexo femenino.
La constante del posicionamiento de las problemáticas de las mujeres en su obra provoca que sus textos sean vigentes, que continúen siendo leídos por generaciones y generaciones de feministas latinoamericanas, pero también, su irrupción en el mundo de la literatura le abrió paso a muchas otras mujeres escritoras.
Rosario contra los mandatos de género
La escritora fue múltiplemente galardonada por su obra. En 1958 recibió el Premio Chiapas, y dos años después ganó el Premio Xavier Villaurrutia. Entre otros premios se encuentra el Premio Sor Juana Inés de la Cruz de 1962, el Premio Carlos Trouyet de Letras en 1967 y el Premio Elías Sourasky de Letras en 1972.
Sin embargo, su vida no fue sencilla. Era una mujer que parecía adelantada a su época y su contexto, por lo que tuvo que remar contracorriente en diversos aspectos de su vida y demostrar que estaba a la altura de los hombres escritores, los hombres de la academia y los hombres diplomáticos.
De su vida personal se dice mucho, especialmente sobre la relación que tuvo con su esposo, Ricardo Guerra Tejada, profesor de filosofía de la UNAM, de quien vivió profundamente enamorada desde su juventud y a quien dedicó gran parte de sus apasionados textos.
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La cinta Los Adioses, dirigida por Natalia Beristáin, exploró más allá en el impacto de la vida amorosa de Castellanos, y aunque la cinta no tiene por objetivo ser fiel a la realidad, sí plantea una perspectiva diferente de la poeta, desde su lugar como mujer casada y madre, la resistencia de una mujer feminista en lo más recóndito de un espacio patriarcal. Sin duda, Rosario Castellanos fue una mujer que enfrentó y retó de forma diestra los mandatos de género en sus textos y en su vida personal.
Castellanos falleció el 7 de agosto de 1974 en Israel, donde fungía como embajadora de México a los 49 años. Una descarga eléctrica apagó su voz y sus letras. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres de la Ciudad de México.