Ruby Venus Narváez Cab tiene 21 años de edad y el grado de cinta negra en taekwondo.

El camino que ha recorrido para llegar a esta meta no ha sido fácil, pues su condición de mujer transgénero la ha llevado a enfrentar episodios de discriminación durante su vida, desde que se vio obligada a abandonar su localidad de origen debido esto.

Hace apenas un año y medio se mudó de la comunidad de Ticimul en Umán, Yucatán. Inició su camino de transición para convertirse de hombre a mujer. Ella considera que tuvo suerte pues tuvo el apoyo de sus amigas, incluso de su mamá.

“Mi mamá me aceptaba, pero vivía en un pueblito y la gente que desconoce del tema, simplemente lo odia. Tuve que salir a la ciudad de Mérida para comenzar mi transición”.

El director de Comunicación, Planeación y Capacitación del Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr), Brahim Zamora Salazar, asegura que “las mujeres trans son las que viven mayor nivel de desigualdad, son más discriminadas y ello conlleva que su calidad de vida sea ínfima porque están más expuestas a la pobreza, a problemas de salud, a no permitirles el acceso a la educación”.

Además agregó que “por si eso fuera poco, las mujeres transexuales en México es una población que presenta las tasas más altas de prevalencia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), de manera que el promedio de vida de una mujer transexual en México es de 37 a 40 años; cuando en este país, la población tiene un promedio de vida de 100 años”.

Ruby tiene apenas 21 años, pero dice que ella sabe que es mujer desde que tiene uso de razón.

“Desde que tengo uso de razón sé que soy mujer. En el kínder me disfrazaron de angelito y al ver el vestido blanco me encanto, empecé a dar vueltas a girar y desde ahí me di cuenta que no era niño” contó Ruby en entrevista con La Silla Rota.

Sin embargo, la situación no ha sido fácil. Desafortunadamente y orillada por la falta de oportunidades laborales, al llegar a la capital yucateca su única opción fue dedicarse al trabajo sexual.

También lamentó no contar con la orientación de profesionales de la salud durante su transformación “Me automediqué desgraciadamente, viví tratando de superarme y tenía una meta graduarme como cinturón negro, ser alguien en la vida y realizar mi transición a mujer”.

50% de la comunidad LGBT+ ha sido discriminada

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) realizaron una consulta a través de la Secretaría de Gobernación sobre la orientación sexual de adolescentes, en la cual revelaron que seis de cada 10 encuestados se sienten discriminados por su orientación e identidad sexual y enfrentan un ambiente hostil hacia sus preferencias, lo que trae efectos severos en su vida personal, que los llevan incluso a quitarse la vida.

Aunque la mayoría de los encuestados se concentraban en la capital del país y el estado de México, la situación a nivel nacional no es muy diferente.

El Conapred en su última encuesta (ENADIS 2010) señala que el 50 por ciento de personas de la comunidad LGBT+ reportan haber sido discriminadas en algún momento de su vida, mientras que un porcentaje muy amplio de esta comunidad continúa excluido del acceso a la seguridad social cuando viven en relaciones de pareja estables y sin ningún vínculo legal.

Una historia de cambio y éxito

El 15 de julio del 2019 Ruby logró cumplir dos de sus más anhelados sueños: cambió su identidad a mujer y se graduó en cinta negra.

“Junte mi dinero con el trabajo sexual, no deserté y seguí entrenando taekwondo, después me apasione por el box. En el 2019 presenté mi examen para cinturón negro, previo a esto tuve que ir a CDMX a hacer mi cambio de identidad de género, eso fue positivo porque fui respetada en todos lados como mujer, como lo que yo me identifico” enfatizó Ruby.

Confiesa que nada hubiera posible de no haber contado con la aceptación de la academia donde entrenaba, donde ella es considerada como la primera mujer transgénero en graduarse como cinta negra.

“Agradezco al director Manuel Lara Ordoñez de escuelas Lara de Taekwondo, a los profesores, alumnos, madres y padres de familia que me adoptaron como una alumna más”.

Su persistencia en el taekwondo fue impulsada para demostrar que las mujeres trans tienen un lugar en el deporte y la sociedad.

Ruby actualmente trabaja como dama de compañía e invierte sus salarios en ahorrar y en ayudar a las personas “Quiero un mejor futuro, el dinero que gano lo ahorro en varias partes, mi futuro y en ayudar el prójimo en los eventos que organizamos en Mujeres Trans Empoderadas”.

En este 2020 se ha puesto como meta terminar su prepa y estudiar la carrera de derecho para defender a las mujeres transgénero que son víctimas de maltrato y de la ignorancia de las personas “No todas queremos ejercer el trabajo sexual, queremos un mejor futuro, pedimos que nos incluyan y esta es mi lucha, hay un trabajo más allá del sexual para no caer en depresión, drogadicción” puntualizó.