Justo saliendo de la cesárea Gaby pidió que le acercarán su computadora para revisar su bandeja de entrada, se acercaba el fin de mes y tenía que hacer unos pagos bancarios.

“Tenía trabajo, no había quién me supliera, tenía una asistente pero no confiaba en ella. Tenía que hacer pagos de bancos”, dijo en entrevista para La Cadera de Eva.

Gaby decidió ser mamá a los 28 años, una decisión que se basó en una presión cultural sobre ser mamá y la amenaza de que podía no serlo por tener endometriosis .

Estudió contabilidad en la UNAM y tiene una maestría en Administración en la Universidad Iberoamericana. “Aunque haya sido hombre creo que siempre sería así, no me sé estar quieta”, considera Gaby al preguntarle si cree esta presión es por cumplir en todos lados.

NO LO VOLVERÍA HACER

A sus 28 años se casó, tuvo un hijo y se convirtió en el principal sustento de la familia. “Yo tenía la fuerza económica, siempre tenía el temor de que me corrieran y más cuando eres el sostén de tu casa”, compartió.

Después de su labor de parto, mientras su hijo tomaba de su pecho, ella ya estaba haciendo sus pagos bancarios.

“Ahora que lo pienso, no lo volvería hacer, las prioridades cambian, sobre todo cuando te das cuenta que das y sacrificas todo y no te lo agradecen”, comparte, tras decir que no volvería a poner como prioridad su trabajo.

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Gaby compartió que tomó esta decisión de responder de inmediato porque pensó que le estaban haciendo un favor, al darle flexibilidad laboral y remunerada económicamente. Sin embargo, este es uno de sus derechos.

“Sé que es uno de mis derechos, pero me sentía en deuda”, compartió.

SISTEMA DE CUIDADOS

En cuanto a las empresas con perspectiva de género, no basta con la flexibilidad en el horario, habría que procurar otros aspectos, de acuerdo con la encuesta de la empresa Cuponstar buscan: licencias extendidas, horarios y días flexibles, mayor consideración a las mujeres que son madres y beneficios monetarios.

Desde el feminismo se ha señalado que hace falta un Estado de cuidados que procure a las madres y a los bebés. En este caso, Patricia Olamendi ha señalado en diversas entrevistas la ausencia de un sistema de transporte público para los niños, esto para que las madres puedan participar en el mundo laboral. Además, el Estado ha desaparecido las estancias infantiles y ha señalado a las abuelas como las encargadas de esta labor, reforzando el estereotipo de género de que son las mujeres las encargadas de los cuidados.