El Senado dio un paso histórico este 13 de febrero al aprobar por unanimidad una reforma constitucional que prohíbe el matrimonio infantil en todo el país. Con esto habrá una prohibición clara y contundente en contra esta práctica en la que garantiza el interés superior de la niñez por encima de los usos y costumbres de cualquier comunidad. 

Nada por encima del derecho de niñas, niños y adolescentes

Debido a que la unión temprana de las mujeres en México se ha registrado mayormente en poblaciones indígenas, donde algunas niñas incluso son vendidas por ganado o terrenos en ciertas comunidades, la reforma aplicará cambios en el artículo 2 constitucional, el cual reconoce los usos y costumbres de los pueblos indígenas, así como sus formas internas de convivencia y organización social, éstas ya no podrán pasar por encima de los derechos de niñas, niños y adolescentes, lo cual implica la prohibición del matrimonio infantil

Foto: Cuartoscuro
Foto: Cuartoscuro

De acuerdo al Censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) 27 mil adolescentes indígenas de entre 12 y 17 años se encontraban casadas o unidas en ese año. Según el Instituto, los estados con mayor prevalencia de matrimonios infantiles con mujeres indígenas son: Sinaloa, Baja California Sur y Tamaulipas

Al mismo tiempo, el año pasado, una investigación de Save the Children y Mano Vuelta reveló que las causas principales del matrimonio infantil en México son “normas sociales, estructuras de poder y desigualdades de género arraigadas en las sociedades que ponen en riesgo los derechos de las niñas, niños y adolescentes”

La problemática del matrimonio infantil en comunidades indígenas

Además de los usos y costumbres, se han identificado otras razones concretas por las cuales el matrimonio infantil sucede con mayor frecuencia en estas comunidades, la Unidad de Atención a Población Vulnerable, del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF), enlista las siguientes:

La amplia brecha de desigualdad social. Sin trabajo ni educación, las menores optan por el matrimonio como vía para lograr cierta estabilidad económica. 

La pobreza lleva a familias a casar o vender a sus hijas para obtener un ingreso, reducir la carga económica de su sostenimiento o saldar deudas.

La desigualdad de género: el machismo impone roles y expectativas diferentes para las niñas y mujeres.

Los conflictos armados y las acciones del crimen organizado, que generan situaciones de desplazamiento, inseguridad y violencia que pueden empujar a las niñas y adolescentes a buscar o aceptar protección en el matrimonio.

El matrimonio infantil es una práctica que afecta gravemente el bienestar de niñas y adolescentes en todo el mundo. Aunque la reciente prohibición en el Senado de la República representa un paso importante hacia la protección de sus derechos en México, debemos mantenernos vigilantes en todas partes y trabajar activamente para erradicarlo en todas sus formas.