Las mujeres cumplen con diferentes roles en cada etapa de su vida, cuando es el momento de formar una familia, cuando una mujer toma la decisión de ser madre, muchas otras decisiones llegan en conjunto. Por ejemplo, ¿voy a ser ama de casa o seguiré con mi vida profesional? María Luisa, mujer de casi 60 años que se ha dedicado a ser ama de casa, platicó su experiencia en entrevista para La Cadera de Eva.
Antes de ser madre Maria Luisa trabajó y disfrutó su vida laboral. Compartió con su pareja que intentaría seguir ejerciendo su profesión y ser madre; sin embargo, cuando regresó de la licencia por maternidad habló con su jefe para ver la posibilidad de tener horarios de lactancia y ajustar su horario, pero le contestó que esa clase de “permisos” no existían en su empresa. “En ese momento yo no me atreví a hacer una denuncia porque definitivamente las mujeres tenemos ese derecho, pero no me atreví y regrese a mi casa”, relató en entrevista.
El 39 por ciento de las mujeres han tenido que interrumpir temporalmente su vida laboral por maternidad, cuidados familiares, estudios o enfermedad, mientras que sólo el 25 por ciento de los hombres se han tomado una pausa laboral por estudios o enfermedad y el 2 por ciento por cuidados familiares, señaló el Inegi.
EL TRABAJO DOMÉSTICO
El 22 de julio se conmemora el Día Internacional del Trabajo Doméstico, instituido en el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en 1983. En México, el 75 por ciento de las mujeres se dedican a esta labor y se estima que le dedican 39.7 horas, según cifras del Inegi.
Una vez que sus dos hijas crecieran, tal vez cuando tuvieran entre cinco y siete años, María Luisa pensó que podría retomar su vida laboral, pero cuando Brenda, su hija menor, fue diagnosticada con diabetes, decidió quedarse en casa por decisión propia.
De cada diez horas de trabajo doméstico en México, siete las trabajan las madres. Asimismo el 96 por ciento de los hombres casados son económicamente activos, frente a un 45.6 por ciento de las mujeres madres y un 64 por ciento de mujeres casadas sin hijos o hijas, señaló Data Cívica.
Cuando quedarse en casa no es una opción, si no una obligación genera violencia, explicó Maríia Luisa, porque al final la maternidad y la paternidad son trabajo en equipo y ser ama de casa no exime a la pareja de todas sus responsabilidades. Sin embargo, cuando la mujer decide ocuparse de la labor doméstica es una opción que toma para ese momento de su vida.
AMA DE CASA Y FEMINISTA
En la infancia María Luisa aprendió que la mujer debía cuidar a los hijos, hacerse cargo de la limpieza y la comida del hogar. Su padre no quería que cursara la preparatoria porque ella encontraría marido y se dedicaría a servir. “Eso me impulsó a seguir con mis estudios, a ingresar a la universidad y trabajar. Quería demostrarme a mí misma que la mujer no está “diseñada” para un trabajo en específico”, expresó.
“Hoy el feminismo nos dice que trabajemos y seamos mujeres económicamente independientes, pero creo que ser feminista no solo se demuestra en el mundo laboral”, sostuvo Maria Luisa.
Quizás te interese: Señales de que estas sufriendo violencia económica
A veces la familia no reconoce la labor doméstica porque pareciera que es algo natural, explicó María Luisa. “Cuando hay alimento, servicios y limpieza no se valora, pero cuando algo falta existe un reclamo”, dijo. Si el trabajo doméstico fuera remunerado se estima que equivaldría a 5.6 billones de pesos al año del PIB nacional.
Actualmente María Luisa observa a sus hijas de adultas, dos mujeres que se han abierto camino en el mundo laboral, pero dijo: “Ahora que viven solas y las veo limpiando, haciéndose responsables de ellas, veo el reflejo de la educación y el ejemplo. Tal vez la labor doméstica no es muy reconocida, pero sí es gratificante ver lo que se sembró en mis hijas”
“Quedarse en casa no quiere decir que no seas parte del grupo feminista y que no luches por los derechos e igualdad”, sostuvo María Luisa.