Son mujeres las siete de cada diez personas que perdieron su empleo en la pandemia, mismas que, no han vuelto a encontrar un puesto, de acuerdo con datos de DW.

A estas mujeres les suelen ofrecer peores condiciones, por lo que muchas mujeres han encontrado una alternativa en el emprendimiento, pero la mayoría en la informalidad, sin acceso a crédito.

Como el caso de Aline González, quien trabaja en casa y es experta en marketing digital. El año pasado la despidieron y tuvo que reinventarse, pudo abrir su propia agencia, pero en México todavía hay miles de personas que todavía no regresan a trabajar tras la pandemia.

Siete de cada diez son mujeres, de las que han podido encontrar empleo más de la mitad lo hace en peores condiciones. La misma empresa que despidió a Aline le ofreció el mismo puesto, pero cobrando la mitad con el argumento de que debía cuidar a sus hijos.

“Se suma el que tienes a tus hijos en casa, entonces no vas a poderte concentrar como se debía concentrar alguien o no vas a poder salirte a trabajar o no vas a poder incluirte un par de días al sistema hibrido, entonces como te voy a dejar en casa por soy un súper jefe, te dejo en casa, pero te corto la mitad del salario”, contó Aline a DW.

Un año después de la pandemia, la participación femenina en la economía de México se mantenía en los niveles más bajos desde 2006.

Por su parte, Aidé considera que la lenta recuperación del empleo femenino se debe a la falta de perspectiva de género, tanto en gobierno como en empresas, con el gran ejemplo de día de maternidad y de paternidad.

“Estás reforzando un estereotipo de género en donde dices tú mujer eres cuidadora te quedas 84 días cuidando al nuevo bebé y tú hombre con que estés 5 días ahí pues ya”.

La pandemia ha impactado sobre todo a las mujeres porque son quienes en su inmensa mayoría se encargan del cuidado del hogar y los niños.

Por eso para muchas la solución fue iniciar su propio negocio, sin embargo, ocho de cada 10 de las 5 millones de emprendedoras lo hacen en la informalidad por lo que ganan menos, así lo indica la investigadora del IMCO, Ingrid Chávez, sobre esta enorme brecha.

“Alrededor de 2.5 veces menos gana una emprendedora informal en comparación con una emprendedora que está en la formalidad. Mientras que, una emprendedora formal gana poco más de 9 mil pesos al mes, una emprendedora que está en la informalidad gana alrededor de 3,500 mil pesos”, señaló la investigadora a DW.

¿POR QUÉ?

Las dificultades de las mujeres para formalizar su emprendimiento son múltiples sobre todo pesan los altos costos y tiempos en las burocracias, así como el reto de obtener un crédito. Menos del 30% de las mexicanas sigue financiación para invertir en su empresa.

Aline es una de las que prefirió poner en marcha algo propio, pero pese a demostrar su solvencia ningún banco quiso concederle ningún crédito a esta madre soltera de dos hijos.

“Para pedir un crédito siempre preguntan cuál es tu estado civil. He conocido amigos que son solteros y que le dan créditos”, dijo Aline.