La posibilidad de tener sexo a distancia con otras personas, que nos puedan sentir, incluso imprimir en 3D sus genitales para después coordinar los movimientos con una app o utilizar tecnología que nos haga sentir el orgasmo de varias personas al mismo tiempo, cada vez está más cerca y nos deja ver un futuro cercano para tener sexo con robots.
En Japón, por ejemplo, hay un número creciente de personas con parejas virtuales, lo que nos lleva a recordar a Akihiko Kondo, que se hizo famoso en el mundo entero por haber contraído nupcias con un holograma.
¿Existe una relación entre el avance de esta tecnología y el peligro de perder la conexión natural con otras personas? Casualidad o no, el país nipón es uno de los que se encuentran a la vanguardia en digitalización sexual y suelen llenar los aforos de sus eventos pornográficos virtuales, pero también es una de las naciones donde la edad del primer coito es más tardía: casi dos de cada cuatro japoneses de 30 años siguen siendo vírgenes.
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La generación millenial
Además, si los millenials, la generación digital, es la que menos sexo tiene con otras personas, dibujan un escenario donde se podrá experimentar la sexualidad a través de otras formas.
Ya lo alertó Zoltan Istvan, transhumanista que fue candidato a suceder a Trump en la Casa Blanca: “Si los científicos son capaces de reproducir en el cerebro orgasmos y caricias en puntos erógenos, usando solamente cascos o chips, podríamos estar ante el principio del fin del sexo tal y como lo conocemos hoy”.
Sexo con robots
En 2045 uno de cada cinco jóvenes tendrá sexo con un robot, podrá darle la personalidad que desee. Ya sea de tu celebrity favorito o de tu expareja. Científicos como el Dr. Ian Pearson van incluso más allá y aseguran que, para entonces, serán más frecuentes las relaciones sexuales entre humano y androide (o ginoide, cuando tengan aspecto de mujer) que entre personas.
El sextech, la unión entre tecnología y sexo, nos permitirá en solo una o dos décadas explorar universos íntimos aún difíciles de imaginar. Dentro de veinte años, este mercado se presume tres veces mayor de lo que es en la actualidad y podrá multiplicarse por siete de cara a 2050. “Estamos a punto de asistir al crecimiento de los digisexuales: personas que tienen relaciones sexuales casi únicamente con máquinas”, según Neil McArthur, profesor universitario canadiense con libros dedicados sobre la materia.
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El análisis de los datos y nuestra sexualidad
El informe Future of Sex predice la evolución de un tipo de software que, con la ayuda de unos audífonos neuronales, serán capaces de emparejarnos con personas con patrones cerebrales coincidentes. De esta forma, la tecnología se encargará de localizar a una suerte de “compañero/a sexual ideal”, como garantía de unas relaciones íntimas de calidad (ya existen proyectos biotecnológicos que proponen algo similar, como uBiome). Incluso se habla de un estrato especializado del Internet of Things: el Sexnet of Things, en el que todo estará conectado, incluso nuestra forma de hacer el amor.
El sexo del futuro, según el mismo informe, pasará por tecnologías que midan de forma exacta nuestro grado de satisfacción, descubriendo patrones en nuestro deseo sexual. Una combinación entre IA y tecnología sexual podría tener la capacidad de mejorar enormemente la calidad de nuestros orgasmos. La estimulación mecánica podría darnos mayor control sobre el placer que la humana. Será posible fácilmente preconfigurar cada clímax: determinar el tiempo que queremos dedicar al placer, la intensidad del mismo, incluso cruzar estos datos con los de nuestra pareja o parejas para dar como resultado un encuentro sexual mucho más grato.
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“El futuro del sector sextech va ligado a Inteligencia Artificial, pero también a Big Data”, explica a ICON Patricia López, especialista en bienestar sexual masculino y CEO DE Myhixel CEO de Myhixel. “Ambas tecnologías se utilizarán para predecir comportamientos, gustos o patrones y no solo para obtener más placer, sino para garantizarnos prácticas sexuales más saludables y de más calidad, a través de dispositivos como acelerómetros, que ya estamos desarrollando”. En otras palabras, la tecnología en el futuro nos ayudará a controlar problemas como la eyaculación precoz, a conocer más nuestro cuerpo y a obtener clímax personalizados.
El sexo del mañana será cada vez más tecnológico, pero no solo porque se popularizarán los muñecos con forma humanoide dotados de Inteligencia Artificial y sofisticados sistemas operativos.
Con información de El País
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