Se acercan las elecciones a gobernadores en seis estados: Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas, Hidalgo, Aguascalientes y Durango, este 5 de junio se espera que voten 22 millones de personas. Este panorama, sin duda será un parteaguas para lo que viene para 2024, al menos, en el sentido de la coalición ganadora. ¿La primer mujer Presidenta?

De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), la lista nominal en 2018 muestra que 51.9% estuvo integrada por mujeres y 48.1% por hombres. La mayor concentración de población se ubicó en los grupos de 20-24 y 25-29 años, con alrededor de 12% cada uno. Es decir, que en cada elección, el padrón crece un poco más y la elección presidencial se podría definir con el voto de mujeres y jóvenes.

Las mujeres votamos más

Los resultados más relevantes del Estudio muestral sobre la participación ciudadana en las elecciones federales de 2018, mostraron que la participación ciudadana en las elecciones federales de 2003, se caracterizó por que las mujeres acudieron a votar en mayor proporción que los hombres (42.6% contra 39.0%) y que en las secciones no urbanas se registró más participación que en las urbanas, en ambos casos por parte de las mujeres (42.9% y 42.4%) que de los hombres (39.8% y 38.7%).

En las elecciones presidenciales de 2018, la participación de las mujeres está por arriba de la participación de los hombres por casi 10 puntos porcentuales y el grupo de quienes no votaron, el grupo de hombres supera al de mujeres en siete puntos. Esta tendencia se ve desde 2009.

 

¿En qué estados se vota más?

La capital del país, la Ciudad de México, Jalisco, Veracruz, Puebla y Guanajuato, concentran 45% del electorado a nivel nacional, mientras que Campeche, Colima y Baja California en conjunto, se aproximan a 2%. Esto significa que las entidades con mayor población votante, se ubican en la parte del sur y centro del país, en tanto que en el norte se ubican en mayor medida aquellas con menor tendencia a participar, lo cual también representa un reto para las instituciones como el INE y los propios partidos políticos para incentivar la participación ciudadana.

¿Tendremos una mujer presidenta en México?

La respuesta aún no es clara. Mientras suenan algunos nombres como Claudia Sheinbaum, o Lily Téllez -por mencionar a algunos- la realidad es que aún no se vislumbran los cuadros que ocuparán las precandidaturas. Se podría asumir que ciertas funcionarias están de gira por el país, sin embargo,  el presidente Andres Manuel López Obrador ha aconsejado, tanto a su partido, como a la oposición, que sea el pueblo de México quién decida los nombres de los elegidos mediante una encuesta.

En sus conferencias de prensa matutinas, Obrador ha sido cuestionado inumerables veces sobre quiénes son sus favoritos. Sin embargo, él ha preferido encontrarse en contra del “tapado”, una práctica que caracterizaba a la clase política en México, y confirma que apoyará a la candidata o candidato que gane la encuesta. También negó que vaya a hacer campaña para favorecer a su partido y ha comunicado que en sus tiempos libres manifestará su apoyo, pero se niega a utilizar recursos públicos para un proceso electoral.

Lo cierto es que las mujeres participamos más y también somos más, lo que nos da la oportunidad de elegir el partido que queremos que nos represente, o que su proyecto de nación vaya acorde con nuestros valores. Que se postule una mujer a la presidencia, no implica que represente nuestros intereses, o que tenga una agenda de género, nos corresponde a todas luchar por la visibilización de las demandas en materia de seguridad, educación, salud, empleo, entre otros.

Derivada de la crisis por los feminicidios y la violencia contra la mujer, surgen muchas interrogantes, pero sobre todo, muchas exigencias de una vida más segura para todas debido a que es una de las obligaciones del Estado ofrecerla. Mientras tanto, luchemos más, votemos más, hagamos valer nuestra voz.

*Las opiniones vertidas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten.

Dalia Morquecho Teniza

@DaliaMMT

Maestra en Comunicación por la Universidad Iberoamericana. Licenciada en Política y Gestión Social en la Universidad Autónoma Metropolitana. Estudiante de Derecho en la UNAM. Actualmente es consultora en comunicación y asuntos públicos.