Pilar Noriega es una defensora de derechos humanos; estudió derecho porque creyó que así iba a “tener la justicia en las manos”. Fue una de las integrantes de la Comisión de la Verdad de Guerrero, un intento de justicia transicional para castigar crímenes del pasado cometidos en los años 60’s – 70’s. De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos hubo entre 800 a 900 víctimas en esa época y la Comisión Comisión de la Verdad de Guerrero obtuvo por lo menos 250 testimonios de posibles víctimas.

Este 10 de diciembre, Día Internacional de Derechos Humanos,  se instaló la Comisión para el acceso a la verdad, para el esclarecimiento histórico de la llamada “guerra sucia”, donde hubo violaciones graves a derechos humanos cometidas de 1965 a 1990.  Pilar Noriega asistió a la instalación de esa Comisión.

Foto tomada del documento EXPERIENCIA DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD DEL ESTADO DE GUERRERO

Noriega García fue parte de la Comisión de la Verdad de Guerrero que se creó el 23 de diciembre del 2011. Esta herramienta duró dos años y medio, su función fue investigar violaciones de derechos humanos dentro del periodo conocido como “guerra sucia”, que abarca el periodo de 1969-1979.

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La “guerra sucia” fue un periodo donde hubo un ejercicio de persecución, detención, tortura, encarcelamiento y desaparición de los disidentes políticos por parte del Estado. Hubo la utilización ilegal y clandestina de los aparatos de seguridad, de acuerdo con el artículo académico “La represión del estado mexicano durante la ‘guerra sucia’ en Guerrero”.

“En Guerrero había gente que desapareció simplemente porque iban a buscar a sus familiares o porque eran parientes”, contó en entrevista, Pilar Noriega.

“Hay un caso muy triste, un niño que se despide de la mamá, va a buscar al tío, le dicen que se vaya de ahí. El niño no hace caso. Después van unos militares y no lo sueltan. Está desaparecido”, recordó la defensora.

“Hay otro caso me estaba comentando un compañero, que estábamos viendo el testimonio. En una comunidad había una persona joven, un hombre que tenía cierta discapacidad mental y entonces los militares se lo llevaron y dijeron que ellos lo iban a componer”, señaló.

Foto tomada del documento EXPERIENCIA DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD DEL ESTADO DE GUERRERO

“Haría las cosas de diferente manera”

El camino para llegar a ser defensora de derechos humanos se dio de forma natural. En los años 80’s, uno de sus compañeros le comentó que necesitaban abogados y abogadas en el Frente Nacional de Abogados Democrático. Sus primeros casos fueron para el Frente. William Morales, puertorriqueño independentista -fue uno de sus primeros casos- había sido detenido y Estados Unidos solicitaba su extradición.

Si tuviera que tomar otra elección de carrera profesional, Pilar Noriega volvería a ser defensora de derechos humanos. “Yo creo que haría las cosas de diferente manera. No es lo mismo tener 25 años a tener 66 que tengo ahora”, compartió.

Foto tomada del documento EXPERIENCIA DE LA COMISIÓN DE LA VERDAD DEL ESTADO DE GUERRERO

“No es lo mismo ser una abogada urbana a tener contacto con la gente que ha sido reprimida”, aclaró, mientras espera su participación en la Comisión de Acceso a la Verdad en Chihuahua.

Pilar Noriega participó como abogada independiente en apoyo al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) en la defensa de zapatistas detenidos tras el surgimiento de la guerrilla 1994; posteriormente llevó la defensa de algunos acusados de pertenecer al Ejército Popular Revolucionario (EPR).

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Relación con Digna Ohoa, defensora asesinada

También trabajó de la mano de Digna Ochoa, quien fue primero religiosa y después abogada, un binomio que la llevó por la defensa de los derechos humanos. Digna fue galardonada en diversos premios internacionales por su trabajo, donde presionó a las autoridades para hacer justicia ante casos de violaciones graves de derechos humanos.

Digna Ochoa se hizo cargo de los casos de Pilar Noriega cuando ésta se convirtió en primera visitadora de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, cuando Emilio Álvarez Icaza estaba al frente en 2001. A los 19 días de tomar el cargo, su aliada y amiga fue asesinada en el despacho de Pilar en la colonia Roma.

"Intentaron tildar a Digna Ochoa de loca, dijeron que fue suicidio”, acusó en 2016 Pilar Noriega.

Amenazas

¿Las amenazas? “Uhm… sufrí amenazas junto con los compañeros del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro. Primero hubieron unas que se refirieron a Digna Ochoa y a mí, después las extendieron a otros compañeros; antes de eso también habían recibido David Fernández quien en esa época era el director dentro pero sí, recibí amenazas, muy feo”.

Cuando fue integrante de la Comisión de la Verdad de Guerrero, fue atacada en una carretera de la entidad cuando iba con el comisionado Nicomedes Fuentes García, expreso político durante la llamada “guerra sucia” e integrante de la misma Comisión. Para escapar de las balas abandonaron el vehículo en el que se transportaban y se refugiaron en un monte cercano donde pasaron la noche y al amanecer caminaron hasta encontrar apoyo.

Como parte de su trabajo de investigación de las violaciones cometidas en Guerrero, las Comisión de la Verdad encontró un telegrama enviado por el entonces secretario de la Defensa Nacional, Hermenegildo Cuenca Díaz, en el que gira órdenes  "para capturar o exterminar gavillas que operan en la región".

 

“No le decían abogada, la llamaban ‘señorita’”

Pilar Noriega reconoce que el movimiento feminista ha cambiado las cosas, “ahora estamos más empoderadas”, dijo. A los inicios de su carrera no la llamaban abogada sino “señorita”, término que ha sido señalado por la ONU de discriminatorio.

“Ayyy, Dios míooo, a los hombres les llamaban licenciados. A mí me decían señorita cuando empecé a litigar. A mí no me importaba, de hecho yo prefiero que me digan señora a licenciada. Sí creo que son maneras de hacer una distinción entre una mujer y un hombre”, apuntó.

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Pilar Noriega recuerda que cuando acudía a los Ceferesos, en los años 90’s, las mujeres tenían que desnudarse para ingresar. Ahora no sabe si sigue sucediendo.

Para la defensora, los derechos humanos son  indivisibles, irrenunciables, intransferibles e interdependientes. “Es un error decir que hay derechos más importantes que otros. De acuerdo con los estándares, de los criterios de la oficina de las Naciones Unidas, los derechos humanos dependen de otros y la evolución o el cumplimiento o el fortalecimiento de uno, ayuda al fortalecimiento de los demás”.

Lo que le preocupa a la defensora es la militarización,  "a mí me preocupa que cada vez están más las fuerzas armadas. Ahora que estoy en el evento, donde se va a instalar la Comisión de acceso a la verdad en Chihuahua esperamos que las Fuerzas Armadas den la información que tienen”, apuntó.