¿Aplicas el denominado "un clavo saca a otro clavo? El estar siempre en pareja puede ser una adicción al que se le ha denominado “el síndrome de liana” porque se pasa de una pareja a otra como Tarzán, ¿a qué se debe?
Itzel es una profesionista y ha tenido parejas desde su adolescencia, considera que aprende a través de ellas.
“Me permite estar en crecimiento a través de conocer a la otra persona y me gusta la estabilidad que me da una pareja para realizar mis actividades sociales principalmente y sexual. Pero sí creo que llegar a este punto de conciencia y libertad a pesar de que esté con alguien, fue un trabajo de muchos años”, comenta en entrevista para La Cadera de Eva.
Aunque Itzel no considera que sea adicta al amor. La psicóloga Maira Kelle señala que aquellas personas que están siempre inmersos en una relación experimentan lo que les pasa a quienes son adictos a sustancias tóxicas.
Otro caso es el de Alberto quien ha dicho que le gustan los comienzos en las relaciones, esa sensación de experimentar y conocer a alguien nuevo.
"A este tipo de relaciones se les llama relaciones liana o relaciones de rebote porque tienen la característica de que el o la sujeta van de relación en relación, éstas tienden a durar corto tiempo, y no hay un lapso definido de duelo o de procesamiento de ruptura antes de iniciar otra relación", compartió en entrevista Bárbara Sánchez, psicóloga y acompañante experta en perspectiva de género y feminismos.
¿EL AMOR ES COMO UNA DROGA?
El comienzo del enamoramiento hace el mismo efecto en el organismo humano que una dosis de cocaína, según demostró el psicólogo Arthur Aron de la Universidad de Nueva York a partir de la tomografía del cerebro.
Desde el psicoanálisis “el amor sí es una droga”, comenta en entrevista Norma Escamilla, psicopedagoga y psicoanalista. “Cuando estamos enamorados y enamoradas estamos extasiados; cuando nos quitan la droga, cuando no tenemos ese amor entramos en ese estado de abstinencia, hay un desgaste, hay tristeza”, comparte.
De acuerdo con Escamilla, desde la parte sintomática, el amor sí es como una droga o adicción. Sin embargo, las drogas no vulneran el organismo, a menos de que lo veamos desde la parte tóxica.
Coral Herrera coincide con este planteamiento, “el amor es una droga que nos tiene atontadas, ansiosas, eufóricas, tristes, de subidón o de bajón. A veces nos pegamos fiestas muy guapas, a veces nos pegamos muy malos viajes y lo pasamos fatal. Es una droga muy potente que generamos nosotras mismas: es gratis, es legal, y nos creemos que podemos tomar toda la que queramos”.
Sin embargo, la experta en amor romántico alerta que el amor “deteriora la salud mental, emocional y física como el resto de las drogas, y puede resultar mortal para nosotras, porque puede atarnos a relaciones de dominación y sumisión, y nos puede hacer presas en las cárceles del abuso y los malos tratos”.
¿EL AMOR ES UNA ADICCIÓN O UNA DEPENDENCIA EMOCIONAL?
Por su parte, Eduardo Tadeo quien es analista de género lanza la pregunta “¿uno es adicto al amor o a la dependencia emocional?”.
“La concepción del amor ha cambiado con base en los diferentes periodos históricos la vida, antes teníamos una esperanza de vida de 30 y ahora de 80, por lo que ha cambiado la forma de pensar en el amor. Pensarlo desde la lógica de la adicción implica un sometimiento al otro, una construcción de una relación donde uno se desdibuja, no donde uno crea un vínculo sano donde no permanece tu subjetividad donde al mismo tiempo comprendes al otro. ¿Ser adicto significa vivir con libertad e intensad las emociones o es generar una dependencia emocional?”, reflexiona Tadeo.
Al respecto, Bárbara Sánchez señala: "Si hablamos sobre qué es el amor en un concepto saludable, personalmente considero que no hay personas adictas al amor, sin embargo, sí hay personas que encuentran un estímulo constante en sus relaciones debido a los neurotransmisores que están relacionados con el enamoramiento: dopamina, norepinefrina y serotonina".
"Si saltas de relación en relación, sin un periodo de recuperación, de aprendizaje y de introspección corres el riesgo de repetir patrones, de evadir responsabilidades y de no trabajar posibles conductas de violencia que puedas tener. Realmente esto también es una estrategia de afrontamiento aunque suene paradójico, porque es lo único que conoce quien se encuentra en una relación de rebote o liana, lo importante aquí es tomar en cuenta factores de aprendizaje en el núcleo familiar con respecto a relaciones de pareja, algún trastorno de personalidad no diagnosticado, algo incluso orgánico, y si se está en acompañamiento terapéutico para enseñar habilidades que disminuyan este tipo de conductas y generen un bienestar", explica Bárbara Sánchez.
En este sentido Norma Escamilla señala: “la adicción al amor me parece más una codependencia de las personas que necesitan a alguien a su lado para sentir que están sanas, para penar que son valiosas o ser miradas desde una mirada patriarcal”.
Además, es mal visto desde la cultura “estar solo o sola” o “estar soltero”. Incluso el estar siempre en pareja refleja la imposibilidad de estar consigo mismo y se relaciona con la ansiedad o no tener tolerancia a la frustración, para transitarlo Norma Escamilla recomienda entrar a un proceso terapéutico.
“Estar en una relación y saltar a la otra, como se refiere el síndrome de liana, habla de una imposibilidad de poder tramitar la poca tolerancia de estar solo o sola”, señala la especialista.
Cerrar una relación para comenzar otra, refleja que el sujeto tiene una mente infantil, que está buscando el amor de la madre, en el caso de los hombres; o el amor del padre, en el caso contrario, explica la psicoanalista.
“En el caso de estos hombres que tienen muchas parejas, uno podría pensar que son muy buenos amantes, clínicamente son niños que buscan el vínculo materno, nunca lo van a encontrar, no buscan el amor de una pareja, el amor adulto, el amor sexual, lo que pasa buscan es ser queridos y admirados, no se conciben solos, porque solos es sentirse nadie”, señala.
Desde el psicoanálisis tanto hombres como mujeres pueden tener esta “adicción al amor” o codependencia de acuerdo con la analista, pero es más visible en el caso de las mujeres por los estereotipos de género.
Para salir del “síndrome de liana”, Coral Herrera recomienda reforzar la red de apoyo, la cual es vital para Norma Escamilla, quien además agrega la necesidad de estar en un proceso terapéutico para auto conocerse y así elegir a esa pareja que te acompañe.