"Debemos respeto a los vivos; a los muertos solo les debemos la verdad"- Voltaire
Con esta cita, Kirkpatrick establece el objetivo del trabajo biográfico que escribió sobre una de las figuras más representativas del feminismo y de la filosofía.
El compromiso por la verdad a la que hace alusión la autora inicia con la crónica de cómo diversos periódicos publicaron la muerte de la Beauvoir. Medios como The New York Times y Le Monde narraron el suceso usando término sexistas, llenos de desprecio y, en su mayoría, falsos. Al final, yendo contra su propia vida y filosofía, se le señaló como una mujer sumisa, que de manera obediente había ocupado el lugar que le correspondía: el segundo.
"la jerarquía se respeta [hasta en la muerte]: ella es la número dos, la que fallece después de Sartre; [...] como es una mujer, no deja de ser nunca una admiradora incondicional del hombre al que ama". Es una fan, un receptáculo vacío, un ser sin imaginación: "Tiene la misma fantasía que un tintero"- Revue de deux mondes en "Convertirse en Beauvoir"
La autora de esta biografía señala que somos incapaces de reconstruir la vida vivida a través de la vida narrada, sin embargo, no podemos negar ni olvidar la fuerza y obstinación con la que Simone luchó para ser ella misma, incluyendo las formas en las que construyó e integró las partes de su “yo” a través de la escritura.
Kirkpatrick escribe que Beauvoir situaba su pensamiento en la construcción de la filosofía a través de la realidad palpable; su método tomaba forma mediante de la discusión de temas como el amor basado en la libertad y la conciencia, pero sobre todo en la revaluación de este término, en contra de como la civilización lo había construido, con la intención de que la mujer alcanzara la libertad.
“La vida de Simone de Beauvoir se convirtió en símbolo del éxito para unas mujeres que ya no se contentaban con "soñar a través de los sueños de los hombres". Beauvoir fue "la voz feminista del siglo XX", fue una filósofa cuyo pensamiento modificó claramente las normas legales y la vida de muchas mujeres”-Kate Kirkpatrick
Este capítulo ya revela un libro que revive a la mujer incómoda que luchó por deconstruirse a lo largo de su vida, a través de negarse a cometer los mismos errores, de descubrirse y de cuestionar las relaciones de poder y temas de la humanidad que en su época no cabían ni en el imaginario o que simplemente eran censurados. Nos acerca a la filósofa que se atrevió a señalar que los hombres debían reconocer que sus actos contribuían a oprimir al resto de la humanidad y actuar con memoria histórica que reparara todo este daño. Nos muestra y enfrenta a la feminista que desafió (y sigue desafiando) a las mujeres a repensarse como sujetos que son en relación con el hombre, A través de la búsqueda de su libertad, que no solía coincidir con los modelos del amor y los roles de la mujer, la percepción de su vida fue construida y estigmatizada como un modelo lejos de ser replicado en su época, sin embargo fue eso mismo lo que permitió que muchas mujeres cuestionaran su papel en la sociedad en relación con su propia identidad.
Para cerrar el capítulo, Kirkpatrick nos lanza el anzuelo perfecto: Simone creía que no había capítulo alguno que mostrara su verdadera yo, que los aprendizajes habían llegado a su vida a través de entender que es difícil conciliar todo aquellos que compone la vida y que la búsqueda interminable del “yo” es imposible en la soledad.
(Andrea Virrueta)