Te sientas en tu sillón, tienes listas las palomitas y hasta tu perrito se sienta a tu lado para ver la Netflix. Todo está listo para que tengas una tarde de relajación, pero cuando empiezas a ver las opciones de películas y series no logras elegir alguna y cuando te das cuenta ya pasaste más de 15 minutos navegando entre todas las opciones. Si esto es algo que te pasa comúnmente eres una de las chicas que padece el síndrome FOBO (Fear of better options).
Esta escena se puede repetir en cientos de situaciones y lugares. Entras a una tienda de ropa y aunque ese vestido te atrapó desde que lo viste, sientes que tienes que ver todo lo que hay porque quizá haya alguna otra prenda que te guste más.
No te culpamos, la realidad es que a muchas de nosotras nos cuesta trabajo tomar decisiones, principalmente por las implicaciones que pueden tener en el futuro. Los ejemplos anteriores son de situaciones cotidianas y quizá si ves una película o otra no cambie nada relevante en tu vida, pero en otros casos como en el trabajo, una decisión puede ser determinante.
Este síndrome está asociado a la ansiedad, ya que de acuerdo con especialistas el momento de hacer una elección puede ser un detonante. McGinnis señala que todo tiene que ver con el temor a dejar ir.
La tecnología y la posibilidad de obtener todo lo que queremos con un click hacen más complicada la situación, pero tranquila, no todo está perdido. Para poder tomar una decisión es importante que antes de ver las opciones tengas claro qué es lo que quieres, así tu búsqueda será más guiada.
Asimismo, si te sientes enfrascada en una elección siempre sirve cuestionar si esta decisión realmente tendrá un gran impacto o si será importante dentro de cinco años, esto te ayudará a liberar un poco de tensión. Sabemos que escoger algo puede ser difícil, pero no debe ser frustrante, sino divertido y emocionante.