A 40 años de los primeros casos detectados de VIH/SIDA, hoy recordamos a las miles de personas que perdieron la vida a causa de este padecimiento.
A principios de la década de 1980, la poca información respecto al virus y el estigma que existía sobre las formas de contagios, asociadas principalmente a las prácticas homoeróticas entre varones, impidió un tratamiento adecuado por parte de personal médico y de enfermería; pues fueron excluidos y se les negó la atención médica ante la poca información de la enfermedad.
A causa de ello, el gobierno de los Estados Unidos prohibió las transfusiones de sangre de varones que practicaban relaciones sexuales con otros hombres, lo cual impidió que pudieran ayudar a sus amigos, parejas y seres queridos que padecían el virus.
Fue entonces cuando un grupo de lesbianas se organizó para hacer frente a la pandemia de VIH/SIDA, a ellas se les conoció como “Blood Sisters”.
La L en la LGBT
The Blood Sisters fue una colectiva de lesbianas que convocó a jornadas de donación de sangre por parte de mujeres, ante la prohibición del gobierno de los Estados Unidos; a pesar de la distancia que había tomado el movimiento lésbico de la comunidad debido a que sólo se concentraba en hombres cis homosexuales.
De forma histórica, las mujeres lesbianas se convirtieron en el principal soporte de la comunidad en un momento donde el odio imperaba contra las personas homosexuales; así ellas fueron las principales activistas y cuidadoras frente al VIH/SIDA.
Por esa razón, comenzó a utilizarse el acrónimo LGBT, en un inicio se propuso que fuera GLBT, pero fue modificado en honor a las mujeres lesbianas, que fueron las primeras en responder ante la pandemia de VIH.