No ha habido sorpresa y, en la última edición de los Premios Oscar, Brendan Fraser se ha llevado el premio Oscar a mejor actor 2023 por la película ‘The Whale’. Pero, lo que ha hecho popular a este film, no ha sido el famoso galardón, sino la mirada gordofóbica con la que se ha trabajado este audiovisual. Una mirada que, lejos de pretender visibilizar las problemáticas a las que nos enfrentamos las personas gordas, ha colaborado en la propagación de la estereotipación de la gordura, promoviendo así, la discriminación de las corporalidades disidentes.

El film es una de esas películas de las que todo el mundo habla, pero que pocos analizan, pues es muy fácil quedarnos con la superficialidad del mensaje: un hombre gordo que, por culpa de su gordura, está a punto de morir. Es importante llamar la atención sobre esto, porque se trata de una narración construida por personas que no tienen cuerpos gordos y que, al final, incurren en reproducir estereotipos gordofóbicos que perpetúan las ideas más rancias y discriminatorias que giran en torno al peso de las personas.

Película "The Whale"

Antes de analizar los discursos del audiovisual, es importante contextualizar sobre qué es la gordofobia y cómo sus efectos discriminatorios afectan en nuestro día a día. La gordofobia es el odio, rechazo y violencia que sufrimos las personas gordas por el hecho de serlo. Es una exclusión que se sostiene sobre prejuicios respecto a los hábitos, costumbres y salud de las personas gordas, ya que se nos señala como culpables y, por tanto, merecedoras de nuestra exclusión. A partir de aquí, juzguen ustedes si la película tiene un enfoque gordofóbico o no. Vamos a desglosar las ideas.

El título: ‘La Ballena’

El título es tremendamente gordofóbico y especista, aunque Darren Aronofsky, director de la película, lo ha justificado haciendo una mención continuada, durante sus 117 minutos de duración, a la obra Moby Dick. Si bien es cierto, para algunos no ha existido defensa alguna y hemos sabido ver los sesgos en el discurso.

Por otro lado, existe cierta manía absurda de comparar a las personas gordas con animales grandes y pesados que, además de gordofóbica, refleja con claridad la superioridad especista en la que le damos a otros animales un status inferior al de los humanos, mientras utilizamos su nombre como insulto hacia las personas gordas.

Se utiliza un Fat suit

Fat suit, literalmente “traje gordo”, es un atuendo construido a base de prótesis que pretenden simular grasa corporal de una forma generalmente exagerada. Este recurso se acompaña a menudo de un guión que termina reduciendo la trama del personaje a su propio peso, una situación especialmente visible, sobre todo si hablamos de mujeres.

El uso de este atuendo envía el mensaje de que un intérprete gordo no merece tiempo en pantalla, pues para qué contratar a una persona gorda, pudiendo contratar a una delgada y caracterizarla con más kilos. Pero el Fat suit no discrimina únicamente a los profesionales gordos, sino que también perpetúa los estereotipos sobre la gente gorda, porque sus cuerpos son vistos como un disfraz que se puede quitar y poner.

Además, también continúa con la idea de que, dentro de una persona gorda, habita otra delgada, despojándonos de nuestro derecho a existir y acercándonos a esa idea de vivir nuestra vida como un tránsito, en la que desplazamos todos nuestros objetivos e ilusiones para cuando adelgacemos, porque claro, así no podemos vivir, o adelgazamos o morimos de gordos, pero no debemos habitar este mundo con esta corporalidad.

Fat suit Brendan Fraser
Brendan Fraser caracterizado con un "fat suit"

La estereotipación sobre la gordura

La película reafirma todos los estereotipos de una persona gorda que nos enseñan desde que nacemos. Conocemos al personaje masturbándose mientras mira porno gay, para que segundos más tarde le dé un paro cardíaco del que apenas escapa.

The Whale intenta, continuamente, generar incomodidad y asco por el personaje de Charlie. Los planos, intencionadamente cuidados, en los que se le ve ocupando todo un pasillo, los ángulos en los que se deja claro que tiene una corporalidad grande, su sudoración profunda…son solo algunas de las claves que nos van invitando a sentir repulsión hacia el protagonista.

El problema principal de Charlie no es su peso

Charlie se refiere a sí mismo como alguien que perdió el control de sí mismo. Las escenas donde lo vemos comer de manera voraz, los primeros planos de su cara y sus manos untadas de grasa. Los cajones llenos de chocolatinas y las migajas de comida entre su ropa contribuyen a reforzar esta idea que, además, es una perspectiva patologizante y reduccionista de la relación que todas las personas, no solo las personas gordas, tenemos con la comida.

El protagonista se enfrenta a una situación muy difícil a nivel vital, pero no es su gordura la culpable y, ni mucho menos él, como en la película se plantea continuamente con frases del tipo “mira lo que me he hecho”, mientras se señala así mismo como único responsable, o “¿qué te has hecho, Charly?”, cuando lo señalan otros.        

Brendan Fraser en una escena de la película

El personaje tiene depresión y un trastorno por atracón que, aunque suene raro para los oídos más conservadores, las personas gordas no lo tenemos por norma y existen infinidad de personas delgadas o normativas que sí que lo padecen. Por tanto, se continúa patologizando la gordura sin sustento científico, sino bajo la mirada moralista de la salud. Porque claro, si eres una persona gorda, es porque te has hinchado a bollos y hamburguesas y tú misma te lo has buscado y es justo ahí donde recae gran parte de la justificación gordofóbica que vivimos en la calle, pues es mucho más práctico señalar al individuo que a una sociedad entera que te castiga y penaliza.

Los fans del film defienden que la película busca generar empatía y retratar una realidad, pero realmente es un único punto de vista, además imperante y sumamente insensible. ¿Qué necesidad hay de abordar la autodestrucción desde la gordura?

En definitiva, la película ‘The Whale’ es profundamente gordofóbica, lo que indica, que las personas que la realizaron no tuvieron ningún interés en conocer el punto de vista de una persona que habita un cuerpo gordo y tiraron de estereotipos que perpetúan las ideas más despiadadas contra las corporalidades gordas. Así que te recomiendo especialmente que no la veas si tienes un problema de trastorno de la conducta alimentaria o lo has tenido, o si vives con gordofobia internalizada.

 

*Sandra Gonfaus es comunicadora cultural y periodista especializada en Género y Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona. Además, Sandra es una mujer gorda que está totalmente ligada al activismo gordo y de violencia estética, tanto en redes sociales como en la realización de talleres y charlas.

Instagram: @sandragonfaus