“Sí consideramos que el aborto es un evento estresante, así como lo es un embarazo y muchas otras cosas en la vida”, dijo Luciana Ramos, investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría, durante la conferencia “Rumbo a la interrupción legal del embarazo”, organizada por el  Seminario sobre Violencia y Paz organizado por el Colegio de México

El aborto aún es un tema ampliamente discutido en América Latina, región donde el acceso a la interrupción del aborto se encuentra fuertemente restringido. En países como Honduras, Haití, Nicaragua  y El Salvador la prohibición del aborto es total. 

Aunque México se encuentra entre los paises que permiten el aborto en determinadas circunstancias como la violación o en caso de que las madres estén en riesgo, persiste un estigma social sobre la interrupción del embarazo, incluso en Ciudad de México y Oaxaca, entidades federativas donde el aborto es legal hasta la semana 12 de gestación. 

Un argumento para continuar penalizando el aborto se relaciona con la salud mental de las mujeres tras el aborto,  “ se dice que no deberían de abortar porque se trauman y se desarrolla algo que han llamado síndrome post aborto”, explicó Luciana. 

Investigación científica para romper con los mitos

De acuerdo con lo explicado por Luciana Ramos, un amplio equipo de investigadoras y colaboradores realizaron una investigación científica en el Instituto Nacional de Psiquiatría, y una parte del proyecto se dedicó a analizar la salud mental de las mujeres tras el aborto.  “Esto es algo que ha sido un trabajo de mucho tiempo […] para poder construir una propuesta, y bueno, como ven, ha sido un trabajo importante”, agregó la ponente. 

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“Hay una estigmatización enorme y no hay investigación considerada científica porque no ha habido oportunidad de hacerla”, agregó Luciana respecto a la estigmatización del aborto. 

De acuerdo con la investigadora, el tema de la salud mental post aborto ha sido tocado en Europa y Estados Unidos. En América Latina es pertinente estudiarlo debido a lo restrictivas que son las leyes de los países latinoamericanos frente a la interrupción del embarazo, “incluso hay mujeres que son encarceladas por abortos que no son inducidos”, enfatizó Luciana.

La investigación del Instituto Nacional de Psiquiatría constó de 274 mujeres participantes de 15 años en adelante, a quienes se dio seguimiento dos semanas después de practicarse un aborto seguro en un hospital de segundo nivel de la Ciudad de México. A las tres semanas se entrevistaron a 172 mujeres y a los 2 meses se entrevistaron a 88 mujeres. 

La investigadora explicó que debido a la pandemia, el seguimiento de las mujeres que habían abortado fue complicado. 

Entre las variables que se utilizaron para analizar la situación de las mujeres tras abortar se encuentran aspectos sociodemográficos, la relación de pareja, antecedentes de violencia, antecedentes de depresión, antecedentes de ansiedad, entre muchos otros. 

Luciana Ramos - Profesora Investigadora, Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente El seminario completo aquí: https://fb.watch/3hpvOidMbX/

Publicado por Seminario sobre Violencia y Paz en Miércoles, 27 de enero de 2021

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“Estamos incluyendo factores que la  literatura nos señala que podrían intervenir en la salud mental de las mujeres”, explicó Luciana, quien enfatizó que el estigma es una de las variables fundamentales que utilizaron para analizar la situación de las mujeres después de abortar.

¿El aborto provoca inestabilidad emocional en las mujeres?

“Sí consideramos que el aborto es un evento estresante, así como lo es un embarazo y muchas otras cosas en la vida”, afirmó la investigadora, quien a través de los datos recabados con la investigación, reveló que las vivencias emocionales de las mujeres tras el aborto podían variar dependiendo de diversos factores. 

De acuerdo con  los datos recabados, las tres principales causales de la interrupción del embarazos son: incapacidad para sostener a un hijo o hija en ese momento, tener otros hijos o hijas dependientes de la madre y no estar lista para tener un hijo o hija. 

La investigación reveló que la sintomatología depresiva elevada solo se presentó en el 17.3% de las mujeres tras dos semanas del aborto, cuestión que disminuyó a 16.3% en la semana 3 después del aborto y volvió a disminuir a los dos meses después del aborto, donde sólo se presentó en el 14.9% de las mujeres. 

Por otra parte, solo el 15.8% de las mujeres que abortaron se registraron como probable Episodio Depresivo Mayor tras dos semanas de vivir el aborto, variable que disminuyó con el paso del tiempo. 

La ansiedad se reveló como un factor importante, de acuerdo con la investigadora, de las 41 mujeres que presentaron probable Episodio Depresivo Mayor, 88% presentaron también sintomatología ansiosa.

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La investigación da un indicio sobre las posibilidades de padecer algún trastorno después de vivir un aborto, cuestión que se encuentra relacionada con factores diversos como los antecedentes de depresión y ansiedad, las experiencias de violencia vividas y el estigma con el que las mujeres se enfrentan al abortar, por lo que, la práctica de un aborto no es la causa en si misma de las dificultades emocionales que las mujeres pueden experimentar.  

El 65.1% de las mujeres que tuvieron un probable Episodio Depresivo Mayor también vivieron algún tipo de violencia de pareja y el 53.5% de mujeres que presentaron  un probable Episodio Depresivo Mayor también vivieron abuso sexual. Por otra parte, la investigadora explicó que, mientras mayor era el estigma que las mujeres expresaban sentir, mayor era la probabilidad de presentar sintomatología depresiva elevada.