Las características que, se cree, definen a cada género son una construcción social que de tanto repetirse, se vuelve “lo normal”. Y el problema es que, a veces, lo que se normaliza son actitudes y conductas que lastiman a las mujeres hasta impedirles su pleno desarrollo en libertad.

Por eso, cuando hablamos de trabajar por la equidad de género estamos hablando también de fomentar una cultura de paz que empieza en sanar nuestros vínculos más cercanos para después ampliar ese bienestar a la familia, la colonia, el barrio y la comunidad entera. Sé que puede sonar utópico o como una ilusión, pero yo estoy convencida de que al hacer conciencia de lo que puede mejorar en tu vida y tomar acciones para ello, se abre la posibilidad de expandir ese cambio para bien a más y más personas.

CLAVES PARA IDENTIFICAR LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Quiero aclarar que este no es un texto para mujeres: está escrito para ellas, sí, pero también para los hombres que son esposos, novios, papás, tíos o amigos y que desde su trinchera pueden contribuir a este ejercicio de conciencia social y cultura de paz.

La dinámica que te propongo es sencilla: como la conciencia empieza en el darse cuenta, daré tres claves para detectar violencia de género. Solo para tu reflexión personal, si es que quizá las sufres o conoces a alguien que las padezca.

1. Cuando tu pareja te obliga a pedirle permiso para salir o ver a tu familia y amigas, y mientras estás ahí te llama o manda mensajes continuos para checarte o exigir que ya vuelvas a casa.

2. Otra manera de identificar si eres víctima de violencia de género es si tu pareja  impide que te postules para algún trabajo, que practiques un hobby que te guste o te capacites en algo de tu interés.

3. Aunque la violencia física es la forma más obvia y conocida de de abuso, la psicológica también produce daños emocionales graves, además de disminuir el autoestima y desvalorizar a una mujer. Si tu pareja revisa tu celular constantemente, critica tu apariencia física o cómo cuidas y educas a tus hijos, o descalifica tu trabajo dentro o fuera de la casa, está dañando tu salud psicológica.

Si te viste reflejada en alguna de estas tres claves o detectaste que alguna amiga, familiar o vecina se encuentra en una o varias de estas situaciones, lo primero es saber que no estás sola o decirle a esa mujer que no lo está.

La cultura de paz empieza en manifestarse tanto en el ámbito doméstico como en el institucional y laboral, y puede empezar con el apoyo a una sola persona —sea una amiga, familiar o conocida que esté sufriendo cualquiera de estas injusticias en contra del género femenino—, acompañándola, guiándola y empoderándola. También comienza en casa, ofreciendo una educación para que los niños desarrollen una masculinidad sana y para que las niñas sepan que merecen vivir libres y seguras.

Si no sabes por dónde empezar o qué decirte a tí misma o decirle a tu conocida, hay un servicio de apoyo jurídico y psicológico gratuito y disponible 24/7 en la Línea Mujer y Familia y el Chat de Confianza, ambos en el 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, que da servicio en todo el país.

Esta Navidad, regalémonos vivir libres y seguras.