Muchas personas piensan que la edad es un limitante para lograr sueños que fueron postergados, pero la realidad es que estos pueden conseguirse sin importar el tiempo que haya pasado cuando existen las condiciones adecuadas para llevarlos a cabo. Este es el caso de Osmarina Duarte de Sousa, una mujer con 83 años que logró graduarse como enfermera, siendo un sueño cumplido para ella.

Osmarina ingresó al Centro Estatal de Educación Profesional José Pacífico de Moura Neto en la ciudad de Teresina, Brasil, donde realizó un curso técnico de Enfermería, y después de mucho esfuerzo y dedicación pudo celebrar su graduación junto a otros 21 compañeros a sus 83 años de edad.

Osmarina afirma que esto es un sueño hecho realidad ya que desde muy pequeña tuvo que empezar a trabajar como empleada doméstica debido a las condiciones vulnerables en las que vivía, ella cuenta que debido a esa ocupación no pudo tener hijos y, mucho menos, continuar con sus estudios para cumplir su sueño. A pesar de esta situación, el sueño de convertirse en enfermera no se apagó.

A pesar de todo, siempre soñé con estudiar, tomé algunos cursos profesionales (de corta duración) y finalmente logré terminar mi bachillerato con un curso técnico en Enfermería. Es un sueño hecho realidad, estoy muy feliz, agregó Osmarina Duarte de Sousa.

Durante su ceremonia de graduación Osmarina levantó con orgullo el diploma que la motiva a querer cumplir más sueños, entre ellos ayudar a personas enfermas y necesitadas como también continuar con sus estudios.

Quiero tomar el curso de computación para abrir mi mente aún más a las tecnologías. Tuve mucha ayuda de mis compañeros para usar la computadora para estudiar, estoy muy agradecida con ellos, los maestros, el coordinador y el director de la escuela que me apoyaron mucho y me animaron a terminar mi curso, a pesar de las dificultades, comentó Osmarina.

La enfermera afirmó que hubo días muy pesados en los que el cansancio la hacía pensar en dejar su carrera de lado, pero fue su maestra quien la motivó a continuar ya que se había convertido en un ejemplo para las compañeras y compañeros que cursaban la carrera con ella.

La educación está lejos de ser equitativa

Actualmente, las mujeres tienen más posibilidades de acceder a la educación en todos los niveles y así poder desarrollarse personal y profesionalmente para tener otras opciones de vida; de acuerdo con información publicada por la UNESCO en el año 2015, en México aumentó de 68% a 86% la tasa de escolarización en educación secundaria y media superior en el periodo 1999 a 2012.

Si se consideran solamente las estadísticas que indiquen este crecimiento de la presencia de mujeres dentro de las escuelas se podría afirmar que existe una igualdad en el sistema educativo en donde ya no se segrega a las mujeres por el hecho de ser mujeres, sin embargo, al analizar este proceso de incorporación de las mujeres a la educación se han encontrado otras desigualdades sistémicas que dificultan la permanencia de las mujeres dentro del sistema educativo y truncan sus estudios, estos factores pueden ir desde el matrimonio infantil hasta el acoso dentro de las aulas.

Según el Banco Mundial, la educación de las niñas, adolescentes y mujeres no se limita solo a lograr que estas asistan a la escuela. También se trata de garantizar que aprendan y se sientan seguras mientras están en la escuela; tengan la posibilidad de completar todos los niveles de educación consiguiendo las habilidades necesarias para competir en el mercado laboral; adquieran las habilidades socioemocionales y de preparación para la vida activa para desenvolverse y adaptarse a un mundo en constante cambio; tomen decisiones sobre su propia vida, y contribuyan a sus comunidades y al mundo en general.

A nivel mundial, las tasas de inscripción en la escuela primaria y secundaria se están acercando a la paridad entre niñas y niños (90% de los hombres, 89% de las mujeres). Pero si bien las tasas de inscripción son similares, las tasas de finalización de las niñas son más bajas en países que se encuentran en vías de desarrollo: en nivel primaria el 63% de las alumnas concluyen su educación frente al 67% de los niños; en la secundaria sólo el 36% de ellas completan la escuela secundaria en comparación con el 44% de los hombres.