Pese a que el papa Francisco ha mostrado una visión abierta sobre la comunidad LGBTI, llamó la atención la actitud de una monja quien intentó separar a dos mujeres que se estaban dando un beso.

Las dos mujeres se estaban dando un beso en una esquina de la ciudad de Nápoles, Italia, el acto era para una sesión de fotos.

“Dos modelos están posando para una editorial cuando llega una monja para separarlas porque dos chicas no deben besarse. Italia, año 2022”, publicó en su cuenta de Twitter la cuenta NEG Zone.

El video que se ha viralizado en redes sociales, muestra cómo las dos modelos estaban posando para el reportaje fotográfico de la revista Not Yet, la monja se acercó a las modelos Serena de Ferrari y Kyshan Wilson, le dijo “¿Qué están haciendo? ¡Es el diablo! ¡Oh, Jesús, María y José!”.

“De repente, entró la monja, preguntándonos si habíamos ido a misa por la mañana, culpó a nuestra generación del coronavirus y luego se dio cuenta de que las dos modelos se estaban besándose y corrió a separarlas”, explica la maquilladora Roberta Mastalà que presenció la escena, dando algunas pistas del estado real de la monja.

Los comentarios en redes cuestionaron esta visión homofóbica por parte de la iglesia, aunque este acto se pude nombrar como lesbofóbica.

La lesbofobia se refiere a la aversión hacia las mujeres que tienen inclinaciones sexuales y afectivas por otras mujeres. De acuerdo con un texto escrito por June Fernández y Andrea Momoitio, publicado en la revista Viento Sur:

“La lesbofobia es el rechazo u odio al lesbianismo en cualquiera de sus expresiones, fruto del convencimiento de que la heterosexualidad es la única opción válida de sexualidad. Forma parte de la propia estructura del hetero-patriarcado”.

“Aquí solo veo mucha rudeza, que va más allá de mentalidades antiguas y educaciones diferentes. Las dos niñas estaban posando para una sesión de fotos, estaban TRABAJANDO, y la monja las interrumpió con entusiasmo. El diablo es ella”.

HOMOFOBIA EN ITALIA

De hecho, en el 2021 se bloqueó una ley contra la homofobia y transfobia, una ley que buscaba castigar hasta con cuatro años la violencia u hostigamiento por motivos de sexo, género, orientación sexual o identidad de género.

Esta iniciativa había sido trabajada por la izquierda italiana, debido a partidos de ultraderecha s etuvo que bloquear.

De hecho, se tiene registro que las denuncias por delitos de odio se han cuadruplicado en Italia de 2017 a 2018, pasando de 92 a 360, de acuerdo con el Observatorio italiano de Seguridad contra Actos Discriminatorios (OSCAD).

Aunque se cuentan con estos datos, a falta de un órgano autónomo de vigilancia de los delitos de odio, no se puede sacar ninguna conclusión de estas cifras. Y mucho menos convertirse en la base de un discurso científico y racional sobre el fenómeno, de acuerdo con Marzio Barbagli, experto en sociología.