Los procesos de divorcio suelen ser momentos difíciles tanto para los adultos que han decidido separarse, como para las niñas y niños que quedan en el medio de la batalla legal. Si todo sale bien, tanto la madre como el padre llegarán a acuerdos en donde el bienestar de las infancias sea la prioridad, pero muchas veces el sistema de justicia ejerce una serie de violencias en contra de las mujeres en donde se le lastima por medio de los hijos, es ahí donde aparece la violencia vicaria.
Dentro de las muchas violencias sistémicas que viven las mujeres, se encuentra la violencia vicaria que no era reconocida legalmente hasta que el día 29 de noviembre del año 2022 el Congreso de la Ciudad de México aprobó que este tipo de violencia en contra de las mujeres y las infancias sea reconocido en la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, con 43 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones se reconoce a la violencia vicaria como una forma de violencia de género.
De acuerdo con la modificación al primer párrafo de la Fracción X del Artículo 60 de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de la CDMX, la violencia vicaria quedó definida como:
“Es la acción u omisión cometida por quien tenga o haya tenido una relación de matrimonio, concubinato o haya mantenido una relación de hecho o de cualquier otro tipo, por sí o por interpósita persona, que provoque la separación de la madre con sus hijas e hijos o persona vinculada significativamente a la mujer…
A través de la retención, sustracción, ocultamiento, maltrato, amenaza, puesta en peligro o promoviendo mecanismos jurídicos y no jurídicos que retrasen, obstaculicen, limiten e impidan la convivencia, para manipular, controlar a la mujer o dañar el vínculo afectivo, ocasionando un daño psicoemocional, físico, patrimonial o de cualquier otro tipo a ella y a sus hijas e hijos e incluso el suicidio a las madres y a sus hijas e hijos, así como desencadenar en el feminicidio u homicidio de las hijas e hijos perpetrados por su progenitor...
Este tipo de violencia puede cometerse también a través de familiares o personas con relación afectiva de quien comete este tipo de violencia”.
Otra violencia silenciada
La violencia vicaria es el final de una serie de violencias que las mujeres e infancias vivieron durante la vida familiar y ésta ha sido silenciada y normalizada debido a la construcción familiar que existe en México; de acuerdo con cifras del Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria (FNCVV), 2,165 mujeres son víctimas de violencia vicaria en México y es en la CDMX donde se concentra la mayoría de los casos (21%), seguido por el Estado de México (16%), Jalisco (14%) y Nuevo León (9%).
De acuerdo con Diana Luz Vázquez Ruiz, promotora de Ley Sabina contra deudores alimentarios, la mayoría de los padres que ejercen violencia vicaria son hombres que ocupan cargos en el gobierno y tienen el poder adquisitivo para poder sustraer a los menores e incluso pagar para sacarlos del país, pero no es que se interesen por el bienestar de sus hijas o hijos, ya que generalmente son otras mujeres (abuelas, tías o nuevas parejas) quienes terminan ejerciendo las labores de cuidados.
La violencia vicaria es el último paso de un agresor, estos señores tienen antecedentes de otras violencias: violencia familiar, golpes, insultos, violencia emocional, manipulación, incluso tienen características de ser personas narcisistas y mitómanos […] algunos de estos señores son funcionarios o políticos y tienen el dinero para poder sustraer a sus hijos, así como pagar para que alguien los cuide. Muchas de estas mujeres se casaron o convivieron con estos señores y su estatus socioeconómico era elevado, pero cuando el señor sustrae a los hijos y como ya no tenían una relación de pareja, les quitan todo, afirma Diana Luz Vázquez Ruiz en entrevista para La Cadera de Eva.
El sistema patriarcal es lo que se ha encargado de encubrir este tipo de violencia y debido a la falta de una perspectiva de género en los procesos penales, las y los jueces se convierten en aliados para perjudicar a las mujeres que deciden divorciarse; del mismo modo, el feminismo ha comenzado a visibilizar las violencias que viven las mujeres por lo que el machismo busca otras alternativas para violentar a las mujeres que pueden salir de los círculos de violencia, afirma Diana Luz.
El odio de los hombres hacia las mujeres se convierte en una venganza; creo que la llegada de una conciencia feminista a más mujeres de otros estratos sociales hace que ya no toleren la violencia porque una vez que te pones estas gafas violetas y decides ya no ser parte de círculos de violencia en casa a pesar del ‘qué dirán’ y decides terminar la relación, ellos se vengan quitándote a tus hijas o hijos, comenta Diana Luz Vázquez Ruiz.
Si bien es cierto que el reconocimiento de la violencia vicaria dentro de la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia ayudará en los juicios, esta no es la solución mágica para eliminar la violencia sistémica en contra de las mujeres ya que, de acuerdo con Diana Luz, el problema está en el Poder Judicial, en las juezas y jueces que pactan tanto con los deudores alimentarios como con los perpetradores de violencia vicaria para que el juicio vaya en contra de las madres debido al poder económico que ellos tienen.
Es terrible que no haya perspectiva de género en los juzgados, ¿cómo le van a entregar a un señor que es violentador a los hijos? Porque no le están entregando los niños a un padre, sino a un agresor. [Las madres] llevan años en este proceso de querer recuperar a sus hijos y no lo han logrado, entonces diría es un proceso largo y no veo al Poder Judicial involucrado, no lo veo ni en Ciudad de México ni ninguna otra parte del país, esos son esfuerzos importantes, pero si el Poder Judicial no se compromete corremos el riesgo de que sea letra muerta, reflexiona Diana Luz Vázquez Ruiz.
Violencia vicaria y Ley Sabina en contra de la violencia infantil
Son distintas las iniciativas presentadas para combatir la violencia en contra de las infancias mexicanas, una de ella es la Ley Sabina que está conformada por 40 reformas que tienen el objetivo de cambiar el marco legal e impedir que los deudores alimentarios y gobiernos sigan ejerciendo estas prácticas y eludan la justicia. De acuerdo con el portal Cimac, entre las exigencias destaca la propuesta de que la Unidad de Inteligencia Financiera se encargue de investigar los ingresos reales de los deudores, quienes muchas veces ocultan sus ganancias en cuentas familiares o no reportan el total preciso.
Las madres que buscan impulsar de la ley también exigen que deje de ser la denunciante quien costee los gastos de las pruebas de ADN y proponen que el Registro Público de Propiedad se entere de inmediato de la demanda contra un deudor; así, este último tendrá menos margen de tiempo para intentar hacer cambios de nombre en sus propiedades.
Del mismo modo se incluyen modificaciones para que los deudores alimentarios estén en el buró de crédito y no puedan hacer demandas sobre la patria potestad después de haber librado un caso por pensión alimenticia. Por último, entre otras cosas, se solicita que el padrón de deudores de CDMX se abra al público y se dé a conocer información sobre quiénes son estos hombres, a qué se dedican y cuánto ganan.
La Ley Sabina surge a partir del caso de Diana Luz Vázquez Ruiz quien afirma que el padre de su hija Sabina es un abogado quien ha eludido sus responsabilidades debido a que el sistema jurídico lo ha protegido desde el año 2018.
Violencia sistémica
De acuerdo con Diana Luz, la Ley Sabina se ha visto frenada debido a las exigencias de las madres y colectivas que la presentan ya que existen muchos deudores alimentarios dentro del Congreso Legislativo de la CDMX y debido a las reformas que contiene la Ley Sabina, muchos de ellos sufrirán las consecuencias de su irresponsabilidad.
La violencia vicaria y la nula atención a la Ley Sabina son una prueba del pacto patriarcal y violencia sistémica a la que las mujeres deben enfrentarse cuando se enfrentan a un divorcio, por lo que, de acuerdo con Diana Luz, el activismo comenzará a ser más fuerte para exigir a las autoridades la protección de las infancias y juicios con perspectiva de género.
Es urgente comenzar a eliminar el pacto patriarcal que existe en las instituciones de gobierno, para así llegar a resoluciones justas en donde la imparcialidad decida lo mejor para las infancias, sin importar el poder adquisitivo que tengan los padres.