La feria ARCO 2022 de Madrid abrió sus puertas recientemente, en el evento se exponen las obras artísticas de diversas mujeres, entre ellas destaca la obra de la artista peruana Wynnie Mendoza, quien causó controversia por su performance.
Mendoza, convencida de que “el arte sirve para intentar acercarse al futuro”, presenta un video duro y polémico en el que muestra su intervención de reasignación de sexo, y un mural de pintura colorista. Un trabajo con el que reflexiona sobre la situación de su país, “para no no olvidar quién es uno, y siendo mujer es mucho más dramático”, explica.
“Perú es un país con alto índice de violencia contra la mujer”, apunta la artista de género no binario en una entrevista para el medio Efeminista. “Allí, preservar la vida es lo primero. Pero en este ejercicio de preservar la vida, de culparte, de estar silenciosa, de permanecer siempre tratando de no ser visible, una olvida quién es”, explica.
Con su arte, la artista peruana busca “ir tocando ese futuro que espero sea más amable, saltar generaciones, proponer y hablar de las necesidades actuales, de las nuevas demandas”. Su propuesta para ARCO es Cerrar para abrir, una pintura de grandes dimensiones a la que acompaña un vídeo que documenta la citada operación a la que se sometió para reducir las tres cuartas partes de la apertura de la vagina.
Fotografía tomada de internet.
Coser la vagina como forma de protesta
“Me realicé una operación de reasignación sexual que, en teoría, no existe”, explica la artista sobre su obra. “Es una operación de reasignación sexual que creé a mi medida y que consiste en cerrar las tres cuartas partes de la abertura de la vagina, dejando un pequeño orificio para menstruar y para botar (expulsar) los fluidos que normalmente limpian nuestra vagina”, agregó.
De acuerdo con lo declarado por Wynnie Mendoza, se sometió a esta intervención quirurgica porque no usa la vagina para tener relaciones sexuales ni planea tener hijos. Asegura que no se identifica como una mujer biológica, razón por la que decidió coser dos terceras partes de su vagina.
“A una mujer biológica se la reconoce por la vagina, pero mi vagina es obsoleta y no sirve en realidad para esos dos pilares de la vagina, que son dar a luz y tener relaciones sexuales. Así que, si para estas cosas no servía y para mi mente mi vagina ya estaba cerrada hace mucho tiempo, ¿por qué no hacerlo realidad o hacerlo físico? Digamos que mi aspiración es ideológica”, dijo la artista.
“Busqué, de alguna forma, reconciliarme con la idea de tener una vagina. Investigué sobre ello y sobre qué sucedía con mi cuerpo. Pero llegó un punto de mi trabajo (llevo cinco años haciendo arte) donde me di cuenta de que una forma de reconciliarse también es abandonar: decir ‘no la quiero, no la quiero y no necesito usarla’. Y está bien, es una opción para nosotras”, señaló.
Fotografía tomada de internet.
Según la artista, su inspiración para llevar a cabo esta cirugía fueron su novia y sus amigas transexuales:
“Mi novia es una mujer trans, tengo muchas amigas que son mujeres trans, y la discusión siempre está en poder hacer suyo su cuerpo, en poder expresar de formas diferentes la plenitud de poseerse. Así que yo también empecé a pensar cuál era visualmente mi plenitud, cómo alcanzarla”, declaró.
Además, la artista recalcó que su obra también es una forma de protestar contra la violencia que se vive en su país.
“Las situaciones que se viven en Lima, en Perú, son situaciones difíciles. Yo crecí en un barrio de violencia extrema donde había violaciones constantemente, prostitución, pero de gente que no quería trabajar en la prostitución, delincuencia, drogas… Era un barrio muy violento y tenía esas condiciones, que son habituales en Lima”, expresó Mendoza.
“Perú es un país con alto índice de violencia contra la mujer. Allí, preservar la vida es lo primero. Pero en este ejercicio de preservar la vida, de culparte, de estar silenciosa, de permanecer siempre tratando de no ser visible, una olvida quién es. Y es esta negación de ti misma, ese espacio hueco en el que quedó mi identidad, el que abordo a través del arte. Como mujer es mucho más dramático, porque somos el punto de ataque”, enfatizó.
Con información de: EFEminista