“¡Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal!”; “¿No que no? Sí que sí, ¡ya volvimos a salir!”; “Tranquila, hermana, aquí está tu manada”; "¡Ni una más, ni una más! ¡Ni una asesinada más!"; "¡Arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer"; "Señor, señora, no sea indiferente. Se mata a las mujeres en la cara de la gente".
Rondaba el mediodía cuando estas consignas comenzaron a retumbar en las inmediaciones de la Glorieta de las Mujeres que Luchan. Mujeres vestidas de color morado se congregaban en diversas contingentas. Los jardines y calles al costado de avenida Reforma se convirtieron en refugio para quienes se sentaron a bordar y pintar carteles.
A un lado de la glorieta, un grupo de mujeres formaban un círculo al ritmo de las percusiones, se trataba del colectivo Batalá. Unos pasos más hacia el frente se veía un tendedero del que colgaban pañuelos con las historias de las víctimas de feminicidio, varias mujeres con hilo y aguja en mano iban bordando las historias calcadas sobre tela.
Los nombres que este 8 de marzo hacen retumbar las paredes, los nombres que hoy se bordan sobre tela, son los nombres quienes ya no están hoy, pero sus madres, hermanas y compañeras salieron a marchar para exigir justicia, para que sus casos no queden impunes y jamás se olvide que hay un registro histórico de casi 30 mil mujeres desaparecidas, que jamás se olvide que cada día se asesinan a más de 10 mujeres en nuestro país.
Las mujeres que marchan por las que ya no pueden
Justicia por Elizabeth
“Vengo de Chimalhuacán, a mi hermana la mataron el 30 de diciembre del 2022”, cuenta la familiar de Elizabeth Morán. Hasta ahora no tiene noticias por parte de la fiscalía, le dicen que no pueden hacer nada, que ellos le llamarán cuando tengan noticias, pero nunca llaman y ella no sabe qué hacer.
“Me ignoran y lo único que recibo es que sean muy déspotas. Me dicen que dónde quieren que encuentre al asesino y yo lo único que quiero es justicia”.
Justicia para Yareth
Marisol Pérez, es suegra de Yareth, ellas juntas comenzaron a marchar el 8 de marzo hace algunos años, pero hace tres, ocurrió el feminicidio. Llegaron unas personas a su trabajo y la asesinaron. “No es justo”, nos dice Marisol Pérez antes de añadir que sus padres lucharon por años sin obtener ninguna resolución por parte de las fiscalías.
“Han pasado tres años ya de impunidad y no es justo, puede haber una muerta y otra”, menciona Marisol Pérez.
Justicia para Nataly
“No sé el nombre del feminicida porque no me interesa”, cuenta la hermana de Nataly Nieves López a La cadera de Eva. Sabe que él ha matado a dos mujeres y que se esconde en los puertos de Cancún y Acapulco. Su hermana estuvo 32 años en EE.UU., regresó a México y seis meses después la asesinaron. Las fiscalías no le dicen nada porque se encuentra en la Ciudad de México y el feminicidio ocurrió en Cancún.
“Dicen que hay más de 100 feminicidios al día y me dicen que no puedo hacer nada porque yo estoy en la Ciudad de México. No tengo los recursos suficientes para ir a Cancún, ayúdenme para que este asesino caiga”, menciona la hermana de Nataly Nieves.
Justicia para Mayte
Hace cuatro años mataron a mi sobrina, se han suspendido siete audiencias y no se ha llevado a cabo ningún juicio, explica la tía de Mayte. Han pasado cuatro años en impunidad, las fiscalías les dicen que hacen falta pruebas, pero es lo único que dicen desde entonces.
“Para mí estar aquí representa muchas cosas, sobre todo mucho dolor, porque teniendo pruebas y todo no hay justicia”.
Justicia para Vero
Al frente de la marcha se encontraba un contingente de enfermeras, “Nos falta Vero”, gritan al micrófono. Ellas marchan porque asesinaron a Vero, quien también era enfermera y compañera suya. Ella murió por asfixia y las fiscalías le dieron carpetazo a su caso. Sin embargo, no es la única razón por la que asisten a la marcha, también están ahí para visibilizar la sexualización y diversas violencias que viven en el ambiente clínico.
Justicia para Renata
Karen Reyes es madre de Renata, quien tenía 13 años cuando fue víctima de feminicidio en Ixtapaluca por parte de la expareja de Karen. Este 8M gritan su nombre y el de todas las que ya no están, se acompañan con las demás familias de víctimas en la búsqueda de justicia.
Para ellas el caso ya quedó cerrado, porque en enero del año pasado detuvieron al feminicida, pero lo mataron dentro del penal y, en palabras de Karen Reyes, eso las deja nuevamente vulnerables al no poder tener una sentencia vitalicia.
“Simple y sencillamente a mi hija la mata el Estado tres veces porque 5 meses antes de que Carlos Daniel la asesinara, lo habíamos denunciado porque él trató de grabarla mientras se bañaba, una denuncia que, gracias a la licenciada Fabiola Mendoza de Ixtapaluca quedó omisa, después viene su feminicidio y, finalmente, el estado nos queda en deuda al no otorgarnos el acceso a la justicia y la verdad”.