Durante años, Caro Díaz trabajó en redacciones donde las historias se contaban desde estereotipos de género, la infantilización y los relatos que reforzaban discursos hegemónicos. Esos espacios no representaban su realidad ni la de muchas personas con discapacidad. Hasta que decidió crear uno propio. Así nació Atípico, una plataforma que hace del periodismo antiacapacitista, uno que rompe con las lógicas dominantes de los medios tradicionales, piensa desde la experiencia y apuesta por contenidos accesibles para todas las personas.

La decisión fue el resultado de una profunda desconexión con las narrativas que los medios elegían contar, sobre todo aquellas que infantilizan a las mujeres que viven con discapacidad, quitándoles agencia. “Llegó un punto en donde dije: no es lo mío, no es el tipo de historias que quiero contar, no me hallo ahí. Entonces pensé: creo que es momento de crearlo”, dice en entrevista con La Cadera de Eva.

Desde el principio, Atípico quiso ser otra cosa. Incubado por SembraMedia y Google News Initiative, el proyecto responde a dos necesidades: “Como periodista, necesitaba respetar mis tiempos y dejar de correr detrás de esa lógica del hiperproducir. Y como persona con discapacidad, me dolía ver cómo los medios seguían reforzando estereotipos dañinos”.

Su incomodidad no era solo personal. “Hay una infantilización constante. Se sigue buscando el morbo, el pobrecito, la historia que te haga llorar. Pero ¿y el gozo? ¿La alegría? ¿Los proyectos increíbles que están haciendo las personas con discapacidad?”, se pregunta.

Narrar desde otro lugar

Caro es periodista peruana, autista y tiene una discapacidad. Fue diagnosticada con autismo a los 29 años y también vive con trastorno bipolar II. Está cansada de que otros cuenten mal su historia o lo hagan desde el estereotipo. Por eso, el enfoque de Atípico parte de la vivencia, del valor de contar las historias en primera persona, de escuchar directamente a quienes viven esas realidades y en preguntarles  a las personas cómo quieren ser representadas, narradas. Es una apuesta ética y digna frente a los medios que repiten narrativas amarillistas y revictimizantes.

Por eso no es casual que el equipo esté conformado, en su mayoría, por personas neurodivergentes o con discapacidad. No es inclusión simbólica. Es una apuesta editorial.

El trabajo de Caro Díaz ha ido más allá del periodismo independiente. En 2023, fue reconocida como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo por la BBC, gracias a su activismo en salud mental y discapacidad. 

Caro Díaz explica que Atípico también cuestiona cómo las plataformas deciden qué se ve y qué no. “Sí, es difícil pelear con el algoritmo. Pero tanta gente estaba esperando esto. Historias que no dan likes, pero que son urgentes. Atípico no nació para seguir tendencias, sino para recordar por qué hacemos periodismo”.

Aunque no hay una definición cerrada, para Caro hacer periodismo anticapacitista implica salir de la caja. Pensar en accesibilidad real —lenguaje claro, texto alternativo, buen contraste visual— y no dejar a nadie fuera.

“La discapacidad sigue siendo la última rueda del coche en la interseccionalidad. Incluso en medios con enfoque de género o diversidad, muchas veces no hay accesibilidad mínima"

El periodismo anticapacitista también supone hacerse preguntas incómodas: “¿Estoy contando esta historia para inspirar a la audiencia? ¿Estoy cayendo en la ‘pornografía de la inspiración’, que muestra a personas con discapacidad como ejemplos para que los demás se sientan mejor?”. Caro es contundente: “Las personas con discapacidad no tenemos que lograr nada para ser valiosas. Nuestra existencia no tiene que ser una lección de vida”.

Contar desde la dignidad

El proyecto no solo propone una nueva forma de narrar, sino también otra forma de mirar. “Podemos denunciar sin deshumanizar. No necesitamos poner a la persona llorando para señalar una injusticia. Lo importante es mostrar la estructura que genera la violencia”.

También cuestiona la cobertura limitada a fechas conmemorativas. “Las historias no se cuentan solo en el Día de la Discapacidad. Las comunidades están vivas, hacen cosas todos los días, tienen mucho que decir”.

En los próximos meses, Atípico lanzará un manual de periodismo antiacapacitista —el primero en su tipo en la región— con herramientas para periodistas y medios. También abrirá un laboratorio de formación, talleres, y prepara una guía específica para periodistas autistas.

“Queremos compartir lo que aprendimos, para que más medios hagan mejor las cosas. Todo lo que hacemos parte de la comunidad”.

Crear Atípico no ha sido fácil. “He aprendido a hacer las cosas con miedo”, confiesa Caro. Aunque ha recibido distintos reconocimientos por su activismo, reconoce que sigue lidiando con el síndrome de la impostora. Su objetivo también es ir contracorriente de la inmediatez que predomina en el mundo del periodismo y eso también se transforma en una apuesta política. “Estoy aprendiendo a dejar ir la presión. No vamos a publicar diez veces por semana. Vamos a hacer las cosas a nuestro ritmo”.

También tiene claro que el proyecto no se trata de ella.

“Lo que quiero decir va más allá de quién soy. No busco los reflectores, sino dejar un mensaje. Cazar historias. Conocer a las personas profundamente. Eso es lo que me mueve”.

A quienes son neurodivergentes o viven con una discapacidad, Caro les deja una invitación: “No necesitas un medio para contar tu historia. El internet ha democratizado eso. No te censures. Hay mucha gente que necesita escuchar lo que tienes que decir. Puede parecer pequeño, pero a veces cambia vidas. Y si quieres, mándanos tu historia. En Atípico hay un lugar para ti”.