Hoy se estrena la temporada de La casa salvaje en el Museo Universitario del Chopo, es un ejercicio escénico a partir de la novela Casas vacías de Brenda Navarro en el que, ante la desaparición de un hijo, nos hace preguntas incómodas sobre la maternidad y sus complejidades, cuestionando el deseo de la maternidad y la imposición social para ejercerla

La Cadera de Eva platicó con Mariana Villegas (Sinaloa, 1986) actriz egresada de CasAzul, quien junto a Irene Azuela y a la directora Mariana Giménez, encarna esta casa salvaje

¿Cómo surge La Casa Salvaje?

Mariana Villegas: Casas vacías de Brenda Navarro se publica en 2020, al inicio de la pandemia. Irene Azuela nos mandó el libro a Mariana Giménez, directora, dramaturga, y a mí como actriz; pensando en hacer un futuro proyecto, la idea de adaptarla al teatro. Yo lo viví con un impacto muy tremendo en el encierro, es una historia brutal, de dos caminos de maternidad muy distintos.

Por cuestiones un poco pandémicas y también de recursos, de poder levantar un proyecto así del simple deseo de levantarlo, surge la idea de hacer algo previo a esta apuesta y surge La casa salvaje. Primero pensada como un work in progress y Mariana Giménez, con su inteligencia y su corazón nos convoca, nos invita a escribir un poco sobre nuestras historias de infancia o de maternidad y a acercar lo que provoca la novela hacia nuestras historias de vida.

Ese trabajo, ese archivo que se va generando de investigación, se va haciendo parte fundamental de esta pieza que se llama La casa salvaje y que junto a Casas vacías se vuelve también un pretexto para poder hablar y para poder recordar las mujeres que hemos sido, como hijas, como madres, como nietas; mirar un poco hacia atrás. La casa salvaje es un poco también nuestras historias de infancia.

¿Cómo se entrelazan La casa salvaje y Casas vacías?

MV: A partir de fragmentos de la novela de Brenda Navarro, pero sobre todo partiendo de un hecho concreto que sucede en la novela: un niño robado en un parque. Lo que vemos en la novela es todo lo que pasa hacia adelante, a partir del robo de este niño: cómo vive la madre a la que le roban y como vive un poco la que roba. Nosotras quisimos llegar a ese punto de partida a través de nuestras historias un poco. Hay algo que todavía no se revela en La casa salvaje.

Se nos olvida que también entendemos la maternidad por cómo vivimos nuestras infancias (Mariana Villegas, actriz)

La maternidad es un tema del que no podemos escapar

MV: Yo no soy mamá y creativamente lo ponemos ahí. Está la idea de que yo no puedo hablar de esto, o no sé nada, o simplemente de no conocer físicamente, no tener una experiencia cotidiana de la maternidad, pero es un tema del que ninguna mujer nos escapamos. Aunque la decisión sea no quiero ser mamá, aunque no puedas tener hijes, la pregunta es una sombra que te rodea socialmente, es un tema del que no nos podemos escapar tan fácil. Todas las mujeres tenemos que contestar esa pregunta, por lo menos en el deseo, ya en lo posible cada quien tiene distintas experiencias, pero en el deseo se responde si quieres ser madre o no; es casi una obligación y eso es muy duro socialmente como mujeres.

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¿Por qué "Salvaje"? 

MV: Mariana [Giménez] dice que es un ejercicio escénico, un camino hacia la adaptación de Casas vacías. Pero es una obra,  perfectamente dirigida por Mariana y hemos logrado un trabajo bastante lúdico, porque tiene que ver con la infancia, pero también muy duro, porque la novela es muy dura, no hay escapatoria.

Llevamos casi tres años en los que hemos tenido que profundizar y hacer una investigación sobre cómo se habla de la maternidad y también en distintas culturas, hay un ensayo sobre la maternidad que se llama maternidad salvaje, y pensamos mucho en la carga de la palabra maternidad, que socialmente incluso va con una carga de "plenitud", y nos cuestionamos esto, la misma novela dice: ¿quién se inventó que la maternidad era el mejor momento de una mujer?

Quisimos llamarla así porque el tema no es fácil, lo que se muestra es algo salvaje, un deseo salvaje, y también algo bello y animal. Casas vacías es casi un cuento de terror y hay algo ahí, la maternidad también es salvaje en el cuerpo, en cómo modifica, simplemente la palabra que se inserta en una familia o en una persona, y que se está creando otro ser humano. Creemos que es necesario, como lo hace la novela, poner las palabras en la mesa, poner un poco más de realidad y no tanto de idealización.

La propuesta fue tener estos puentes que eran personales, que se intercalan y juegan con fragmentos de la novela. Al principio, pensamos que nuestras historias casi era como volver a ser niñas, pero ya en combinación con los fragmentos de la novela, en mi experiencia de repente sientes que estás jugando el peor juego de la historia.

La memoria de los objetos

MV: Mariana [Giménez] trabaja mucho con objetos de infancia y para este trabajo fue muy pertinente contar historia a partir de un objeto; ha sido un ejercicio bastante acogedor para muchas personas. Cuando lo hicimos en el 2020, yo no pensé que fuera a crecer tanto, pero eso es la pluma y el ojo de Mariana. Ella es una directora generosa, tremenda; e Irene está con un corazón abierto y está súper dispuesta, hay que estar dispuestos a entrar porque si no, no se puede.

Entonces es divertida también, pero ha sido un clavado fuerte. Trabajamos a partir de la historia de los objetos de nuestras infancias e invariablemente hablar de la infancia, es hablar de la maternidad también. Porque en estas historias, quien está o no está, los protagonistas, son tus padres o tu madre, es tu referente de la ausencia y de la presencia. Entonces escribimos unas historias y las compartimos; a veces se nos olvida que hemos sido niñas también, se nos olvida que también entendemos la maternidad por cómo vivimos nuestras infancias.

Hubo mucho trabajo sobre las extensiones de la maternidad, de nuestros referentes ante la maternidad, que no tienen a una cara, tienen muchas. Mariana hizo un despliegue de nuestras madres o de las personas que ocupan esos lugares que llaman maternidad y es un trabajo que tiene cosas muy claras a nivel de montaje. Cuando empezamos a ensayar no sabíamos que entramos de una manera y salimos en completamente otro estado. Estábamos jugando tal vez y de repente estamos hablando de un niño que no está y que es nuestro. No es un juego, pero por abajo se cruzan muchos canales.

La experiencia que hemos compartido como equipo en este proceso nos ha metido en lugares muy dolorosos que en el teatro es posible compartir. Es un espacio para poder ver la otra cara, de leer la parte trasera de todas las cosas, el teatro puede lograr de una linterna pequeña hacer el universo entero.

La Casa Salvaje inicia temporada hoy 11 de mayo hasta el domingo 28 de mayo 2023 en el Foro del Dinosaurio del Museo Universitario del Chopo