Con la cuesta de enero, el aumento del costo de productos básicos, el estrés financiero, los gastos y las deudas que dejaron los regalos y las fiestas, el inicio del año se convierte en un momento complicado para muchas personas.

Este panorama afecta a todo tipo de comercios, incluidos los informales, que a pesar de las dificultades, son una pieza clave para la economía de nuestro país. Según el Inegi, en 2023 la economía informal aportó el 24.8% del PIB nacional, el comercio al por menor como tiendas de ropa, de abarrotes, panaderías y puestos de tianguis, aportando el 28.8% de esa cifra.

Platicamos con Erika Pérez García, comerciante en el tianguis de San Miguel Ajusco, quien nos cuenta cómo es ser trabajadora informal durante esta temporada y los retos a los que se enfrenta vendiendo artículos artesanales, cuando la cuesta de enero también le representa una baja en las ventas.

“Siempre quise vender cerámica porque mi abuela vendía cerámica en el tianguis donde algunas veces yo la acompañaba, me gustaban y me llaman mucho la atención ese tipo de artesanías”.

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La vida siendo mujer comerciante en el Ajusco

Erika cuenta que su gusto por la cerámica la llevó a comenzar un emprendimiento de venta de piezas artesanales durante la adultez. “Encontré un lugar en donde se dedican a la elaboración de estás artesanías y como quería decorar mi casa fui a comprar algunas piezas de cerámica con ese fin, pero al llegar y ver tantas cosas tan bonitas dije: "y si llevo para vender".

Lo inició como un negocio en una página de Facebook se transformó en un puesto físico que creció con el tiempo. “Empecé a tener buena respuesta de la gente, por lo que opté por tener un pequeño puesto fijo en una banqueta de la calle. (Después) vi el tianguis y se me ocurrió preguntar a la encargada si podía vender mis piezas ahí y fue así que llegué (al lugar). 

“Me gusta mi trabajo, así con sus altas y bajas, económicamente hablando. Siempre es un sube y baja de ventas pero al final siempre hay una ganancia, también influyen mucho las temporadas festivas durante el año en las que incrementan las ventas”.

“Para el Día de Reyes los compañeros del tianguis me invitaron e insistieron mucho en vender con ellos el 5 de enero y así me animé, por lo que recurrí a uno de mis proveedores que vende juguete artesanal aparte de la cerámica, así vendí el Día de Reyes. Ya es mi segundo año”.

La temporada de diciembre trae consigo que el comercio sea más activo en comparación de otros meses del año pero también complicaciones para las comerciantes de la región del Ajusco en la Ciudad de México, especialmente por el clima, en donde la temperatura llega hasta los 0°C. 

Según relata Erika, las jornadas laborales que usualmente duran de entre seis  y siete  horas al día se prolongan por más tiempo, especialmente el Día de Reyes, en donde la jornada alcanza las 24 horas, situación que se complica si se presentan lluvias repentinas.

“Lo que más vendo son las tazas de cerámica con alguna temática o tazas con forma de gato, de lo que menos se vende no tengo nada en particular. Han tardado en salir algunas piezas pero siempre han sido diferentes”.

Otro reto a los que se enfrenta Erika después de la temporada de diciembre y recién iniciado el año es la cooperación para festividades patronales de la comunidad de San Miguel Ajusco, que suma un total de mil quinientos pesos.

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Y es que contrario a la creencia popular de que las personas que laboran de manera informal no aportan ingresos a la economía mexicana, las comerciantes de la región no sólo deben pagar por un permiso para vender por día , sino que también deben hacer aportaciones que benefician a la comunidad y preservan las tradiciones. “Al final los tianguis son una asociación, tenemos que pagar por el permiso de vender ahí”. 

En el caso de Erika, sólo puede vender los días martes, viernes y sábados, fechas en las que tiene apalabrada una plaza. Durante la semana, el precio es 20 pesos al día, mientras que los fines de semana es de 35 pesos, más 50 pesos extra para que alguien ayude en las tareas de instalar y quitar el puesto, lo que al mes suma una cantidad de 860 pesos.

“Para mí es un trabajo al que le he tomado mucho cariño, me ha permitido generar ingresos económicos, además, he conocido a mucha gente, tanto compañeros, como clientes y me hace muy feliz.