Amix, cuando el patriarcado intenta, repetidamente, reforzar roles de género tradicionales en un clima político que se envuelve, cada vez más, en el conservadurismo, la literatura nos muestra mundos en donde una realidad distinta es posible, mientras otras nos recuerdan que los derechos de las mujeres siempre han pendido de un hilo.
Margaret Atwood lo escribió, casi como un recordatorio de qué tan frágiles son esos derechos, en El cuento de la criada, una novela de género de distopía situada en una sociedad fundamentalista cristiana en la que las mujeres fértiles son forzadas a “criar” bebés para las personas más poderosas de un Estados Unidos socialmente apocalíptico.
Premisas como estas atraviesan fronteras y buscan un espacio en el mundo para ser conversadas, discutidas y reflexionadas, especialmente en espacios feministas o conducidos por mujeres.
La novela, que cuenta con una serie homónima de seis temporadas, impactó el mundo de la televisión y ahora, en una conversación de 40 minutos y en voz de la propia Antwoord, llega a Service 95, el club de lectura de la cantante británica, Dua Lipa, conocida por éxitos como Don´t Start Now y Levitating.
Dua Lipa x Margaret Atwood
Al inicio del video de esta conversación , Dua Lipa recuerda, acertadamente, que la revolucionaria novela de Atwood, que fue publicada exactamente hace 40 años, cobra cada vez más relevancia en un momento donde el avance de la ultraderecha en todo el mundo amenaza los derechos conquistados por las mujeres.
La cantante recordó que leyó por primera vez novela de ficción feminista a los 15 años de edad: “me la contaron como una distopía”, dijo. Pero ahora, a los 30 años, su lectura sobre la obra de Atwood es diferente. La relevancia de su obra, como de esta nueva interpretación, se halla, en parte, en la historia contemporánea, y así lo relata Atwood en el conversación:
“La escribí en 1985, la Guerra Fría aún estaba en marcha, el muro de Berlín seguía en pie y yo estaba escribiendo El cuento de la criada en Berlín Occidental, durante esa estancia visité Alemania Oriental, Checoslovaquia, que entonces era parte de ese país y Polonia, que en aquel momento formaban parte del bloque del Este”.
Atwood recuerda que en la década de 1980, cuando Ronald Reagan, entonces precedente de los Estados Unidos, nacía un fuerte rechazo al feminismo occidental de la década anterior y al trato New Deal, instaurado por Franklin Roosevelt en la década de 1930 para combatir la Gran Depresión.
Margaret Atwood plantea que, para Europa, era inconcebible que Estados Unidos se convirtiera en un país autoritario, lejano a los valores democráticos que profesó durante décadas. Cuando El cuento de la criada se publicó, la reacción se dividió en: “eso jamás ocurrirá” y “¿cuánto tiempo nos queda?”.
¿Por qué su obra es relevante en la actualidad?
A lo largo de la entrevista, se hace cada vez más claro que, la relevancia de la novela también se alimenta por la creciente reafirmación, tanto en la década de 1980 y como en el presente, de los roles tradicionales de género: la mujer debe estar casada y realizando tareas domésticas (como en las tendencias virales del trad wife).
En El cuento de la criada, Offred, la protagonista, es una mujer que pasa de un estado sumiso a asumirse como subversiva, y su historia no fue arbitraria, por el contrario, fue resultado de una consulta a la historia: “No incluí nada en este libro que no hubiera ocurrido antes”, dice Atwood.
“En las sociedades jerárquicas la regla es que los hombres en la cima obtienen más mujeres (...) las criadas no son obligadas en convertirse en criadas, al menos al principio. Son mujeres con vidas anteriores que se encuentran sin dinero, sin trabajo, y terminan como criadas sin sus hijos”.
Atwood explica que, separa a las hijas e hijos de sus madres no es algo nuevo (o un dilema que surge con los llamado “vientres de alquiler”), es una estrategia propia del fascismo utilizada por lideres como Hitler, que secuestró a infancias polacas, blanca y rubias para criarlos en la Alemania Nazi con la esperanza de que un día se convirtieran en orgullosos alemanes.
Entre astrología, historias de brujas y feminismo, Margaret Atwood constituye un mundo que no es ajeno, es un recordatorio de lo frágiles que son los derechos de las mujeres “conquistados” y de lo fácil que es para el fascismo y autoritarismo arrebatarlos.

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