Hollow Knight: Silksong finalmente llegó el 4 de septiembre de 2025, y no solo encendió la pasión de la comunidad, sino que literalmente derribó varias tiendas digitales. De acuerdo a medios especializados, Steam, Nintendo eShop, PlayStation Store y Xbox vivieron una avalancha de usuarios tan intensa que durante horas quedaron parcialmente inaccesibles. En Steam, el pico de jugadores concurrentes superó los 98 000 en los primeros minutos, una cifra histórica para un título indie.

Hornet: una heroína sin estereotipos

Hornet no es una damisela en apuros: es ágil, símbolo de una fuerza inquieta que resiste desde lo inesperado. No repite patrones masculinos de dominio: lucha desde lo fluido, desde lo queer. Su narrativa inaugura una feminidad poderosa sin ser imitativa del héroe tradicional.

Silksong “canción de seda” es un nombre que sugiere lujo pero que es protección en tiempos de plaga. Hornet, envuelta en seda, encarna la lucha por la vida en sistemas fallidos —personas que no buscan refugio desde el privilegio, sino desde la vulnerabilidad—. Esa seda deja de ser ornamento: es resistencia.

Resistencias queer en un reino fracturado

La saga nos mostró al Pale King en Hollow Knight, una figura de control total sobre cuerpos y descendencias. Patriarcado y biopolítica en estado puro. Frente a él, Hornet despliega otra lógica: reconfigurar el espacio, moverse, escabullirse. Esa fluidez es una resistencia queer: un rechazo a la norma rígida, una estrategia para existir fuera del disciplinamiento.

Silksong plantea una pregunta urgente: ¿será la historia típica del héroe solitario o el tejido de una comunidad? En un mundo de crisis climática, pandemias y precariedad, no basta el salvador individual. Hornet tiene potencial para ser símbolo colectivo.

Un fenómeno tecnológico y de mercado

Más allá de la narrativa, el estreno de Silksong confirma la fuerza económica y tecnológica del gaming indie. Que un título desarrollado por Team Cherry, un estudio pequeño, provoque caídas en plataformas globales habla de un cambio en el ecosistema: la infraestructura digital de gigantes como Steam y Nintendo puede tambalear ante la demanda de un juego independiente. Esto posiciona a Silksong no solo como fenómeno cultural, sino también como caso de estudio para entender la capacidad de los indies de disputar espacio frente a los AAA en términos de impacto.