La discriminación hacia las mujeres en México es una realidad que se manifiesta en múltiples dimensiones. Según la Encuesta Nacional Sobre Discriminación (ENADIS) 2022, una de cada cuatro mujeres en el país declaró haber sido discriminada o menospreciada por al menos un motivo entre julio de 2021 y julio de 2022. Esta cifra revela la punta del iceberg de un problema estructural que limita el desarrollo pleno de millones de mexicanas.
Los motivos de discriminación suelen entrelazarse para crear experiencias de exclusión. El género por sí mismo constituye un eje de desigualdad, pero cuando se combina con otros factores como la orientación sexual, la identidad de género, la raza, la edad, la situación económica o la discapacidad, las barreras se multiplican. De acuerdo con los resultados de la ENADIS, las mujeres de la diversidad sexual y de género enfrentan una realidad aún más adversa, pues el 44.6% de ellas ha manifestado haber padecido experiencias de discriminación.
En el ámbito laboral, la discriminación se traduce en inequidades tangibles y sistemáticas. México presenta la tercera brecha salarial más alta entre los 37 países de la OCDE, con un ingreso anual promedio de las mujeres 54.5% más bajo que el de los hombres, según la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres.
Esta diferencia no responde a capacidades distintas, sino a un sistema que devalúa el trabajo femenino. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha documentado que para igualar el ingreso anual de los hombres, las mujeres tendrían que trabajar 61 días adicionales al año.
Y lo más preocupante: solo el 8% de las trabajadoras que enfrentan discriminación laboral solicita apoyo o denuncia, principalmente porque el 32% considera que no tiene importancia o por miedo a represalias.
La interseccionalidad agrava estas desigualdades. Las mujeres indígenas, afrodescendientes, con discapacidad o de comunidades rurales no solo enfrentan discriminación de género, también otros tipos de exclusión.
La más reciente Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, de 2021, mostró que el 75.1% de las mujeres con limitación experimentaron algún tipo de violencia a lo largo de su vida, una cifra significativamente superior a la población general femenina.
Conmemorar el Día Nacional contra la Discriminación, cada 19 de octubre, nos lleva a reconocer que las desigualdades enfrentadas por las mujeres no son accidentales ni naturales, sino resultado de estructuras sociales, económicas y culturales que deben ser transformadas.
En Ola Violeta AC insistimos: la lucha contra la discriminación requiere políticas públicas que aborden no solo el género como categoría aislada, sino atentas a las múltiples intersecciones que derivan en experiencias de exclusión específicas.