España se coronó en el mundial de fútbol femenil; no hubo espacio donde no se supiera, los medios de comunicación postearon al equipo liderado por Irene Paredes y el rostro de la goleadora estrella Olga Carmona recorrió el mundo. En las gradas, la asistencia de 75 mil 784 personas que coreaban los nombres de las jugadoras, en los medios, las periodistas deportivas de todo el mundo se mantuvieron al pie del cañón narrando el partido, en México, la voz de Geo González celebró la Copa Mundial Femenil; no se trató sólo del triunfo de España, sino también, del triunfo de mujeres deportistas que fueron vistas, admiradas y aplaudidas a nivel global. 

La final se disputó entre Inglaterra y España, siendo este mundial el que contó con el mayor número de selecciones, pues reunió un total de 32 equipos que jugaron por la copa y atravesaron la fase clasificatoria de cada confederación (continente), un proceso que se vive al igual que el mundial de fútbol varonil. 

El reconocimiento actual de las mujeres en el deporte es una revolución que ha gestado desde hace años y es que, hasta los años 70s la participación femenina en el fútbol era impensable. Los roles de género, las brechas salariales, los pobres patrocinios y la baja sintonización de estos eventos son la prueba fehaciente del camino que aún queda por arar, sin embargo, con este mundial que mantuvo a millones al filo del sillón se quiebra el techo de cristal. 

Una investigación realizada por Celia Hemelatha de la universidad Pontificia  de Madrid titulada “El fútbol femenino en los medios de comunicación”, expone que, en España se dedica una tercera parte de los noticiarios para hablar del fútbol masculino, mientras que de fútbol femenino, se destina poco más de un minuto en la sección de noticias

Paralelamente, en México los números son similares y los medios de comunicación cubren de manera mínima el deporte femenil, incluso, una investigación titulada “La representación de la Liga MX femenil en cinco medios digitales mexicanos” de la Universidad Autónoma de Nuevo León apuntala a la manera en que la prensa se refiere a estos partidos utilizando mayoritariamente los siguientes dos adjetivos: "rosa" y "entretenido". En notas de fútbol varonil, el adjetivo más común es “electrizante”. 

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¿Por qué nos debe emocionar el éxito del mundial?

Con anterioridad, se abordó la manera en que los medios de comunicación han creado una realidad estereotípica del fútbol femenil, nombrado como “el balompié rosa”, utilizando adjetivos que perpetúan roles de género y desempeñan una cobertura mínima. Esta vez, no hubo más crónicas de entretención pintada de rosa, las columnas de los medios hispanohablantes más grandes del mundo se convirtieron en una oda al esfuerzo de las jugadoras (inglesas y españolas) refiriéndose a ellas como poderosas, inteligentes, ágiles e increíblemente fuertes. 

“Un mundial que reescribe la historia y que las hace inmortales”, concluye el artículo de portada de El País escrito por Jordi Quixano.

Asimismo, se destaca que este evento deportivo ha sido el más sintonizado en la historia del fútbol femenil, pues sólo en el partido inaugural de Australia e Irlanda, se alcanzó un aproximado de 2 millones 280 mil espectadores. En Irlanda 3.9 de cada 10 personas que vieron la televisión lo hicieron para sintonizar ese partido, según información de la FIFA. 

En la final España contra Inglaterra, la agencia audiovisual Dos30 contabilizó un aproximado de 5 millones 599 mil personas que sintonizaron el partido en distintas partes del mundo. Además, alcanzaron un total del 69% de cobertura en los medios de comunicación españoles, el mismo porcentaje que logró la final de la copa del mundo Qatar 2023, sin embargo, aunque se realizó el mismo porcentaje de cobertura, la Copa Mundial Femenil no alcanzó la misma cantidad de personas espectadoras, pues durante el mundial masculino se llegó a las 9 millones de vistas, es decir, 3.4 milones más. 

De cualquier manera, celebramos el auge del mundial femenil como un hecho de transgresión y es que, la participación de las mujeres, como en la historia, no es muy diferente; es inequitativa, invisibilizada y ha sido sujeta a exclusiones y violencias que han alimentado al sistema patriarcal y a los roles de género, algo que el Instituto de las Mujeres aborda en su informe “Mujer y deporte, una visión de género”. 

“Si bien en el país la participación de la mujer en el deporte cada vez es más aceptada, aún existen lugares y grupos sociales que no permiten el desarrollo de las niñas en esta actividad, o sólo lo hacen en disciplinas consideradas como femeninas, tal es el caso del nado sincronizado, gimnasia artística, rítmica, o tenis; hay familias que permiten que sus hijas practiquen deporte, pero no reconocen su esfuerzo; incluso, algunos minimizan su trabajo frente al de los hijos varones”, explica el informe.

Es así que, ahora el nombre y el rostro de las jugadoras españolas ha pasado a la historia, no en el estricto sentido de la fama -que merecen-, sino también, como una fuente de inspiración para generaciones futuras que encuentran en ellas la valentía para desempeñarse en el deporte

Finalmente, se destaca la manera en que el mundial femenil también visibilizó el trabajo de las demás mujeres que estuvieron detrás: las directoras técnicas, árbitras, comentaristas y cronistas deportivas, el equipo técnico, las estrategas, entrenadoras y toda mujer que hizo de este evento cuatrienal algo histórico.

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