Las consignas son parte esencial en las manifestaciones feministas; cada movimiento tiene gritos, rimas y cantos que se entonan en la colectividad como forma de manifestación.

En las marchas feministas se escuchan gritos como “No somos una, no somos dos, pinche gobierno, cuéntanos bien” o “V*rga violadora, a la licuadora”. Estos gritos ejemplifican con sátira y, en ocasiones, con humor, la violencia de género que atraviesa a las mujeres. Pero, ¿por qué gritamos durante las marchas feministas?

El grito en la marcha feminista

Según la investigadora Ana Lidia M. Dominguez Ruiz, el grito es la primera emisión vocal del ser humano, y una de las pocas manifestaciones sonoras producidas en las primeras semanas de vida.  El grito es una respuesta a estímulos como el hambre, el dolor y la ira.

En las marchas feministas gritamos por las mismas razones, proviene de un lugar muy primario en la conciencia; cuando se padece alguna afección, se demuestra mediante este sonido. El grito es la prueba sonora de que algo está mal, y en el caso de la lucha feminista, muchas cosas están mal. Aquí, gritar se convierte en una reacción esencial y fundamental para hacer entender a las personas que la violencia en contra de la mujer prevalece, hiere, lastima y mata. 

El grito feminista se produce cuando las palabras ya no son suficiente y el silencio no es una opción.

Las marchas feministas son espacios de congregación, en donde la colectividad se convierte en una fortaleza, y en donde las peticiones, demanda y consignas son escuchadas, porque parar las voces de miles de mujeres es complicado cuando los oídos retumban por el grito solidario y empático.

¿Por qué se grita en las marchas feministas? Por una reacción natural ante la violencia patriarcal.

Es por eso que este 25 de noviembre, en el Día Internacional de la Eliminación contra la Violencia de la Mujer, recordamos, cantamos y gritamos juntas:

¡Ahora que estamos juntas, ahora que sí nos ven!

¡Abajo el patriarcado se va a caer, se va a caer!

¡Arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer!

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