Memorias de un Caracol, el largometraje nominado al Óscar a Mejor Película Animada, ya está disponible en las salas de cine mexicanas. Esta película stop motion narra la historia  de Grace Pudel, una mujer que le relata su vida a un pequeño caracol que la ha acompañado desde la infancia.

La película se sitúa en la década de 1970, e inicia contando la historia de Grace y Gilbert Pudel, un par de gemelos que cuidan a su padre en un pequeño departamento. Cuando su padre muere, ambos son separados a la fuerza y son envíados a polos opuestos de Australia. 

A partir de ese momento, Grace encuentra refugio en sus caracoles, a quienes conserva desde muy pequeña. Esta es una historia de resiliencia, vulnerabilidad, salud mental y amor propio. Así que aquí te dejamos las cinco valiosas enseñanzas que nos dejó la peli.

¡Advertencia, hay un par de spoilers!

1. Crear y fortalecer vínculos es fundamental en la vida

Cuando los padres adoptivos de Grace deciden emprender un viaje por el mundo solos, ella encuentra en Pinky, su vecina adulta mayor, una gran compañía que pronto se transforma en una memorable amistad. Aunque Grace es naturalmente introvertida, la divertida personalidad de Pinky siempre la hace sentir que la vida es mejor acompañada.

Muchas de las memorias de Grace se relacionan con una actividad espontánea propuesta por Pinky. Las amistades son ventanas a nuevos universos, procurarlas y reforzarlas nos dan un sentido de pertenencia, un hogar y familia escogida. 

2. Las tradiciones de la infancia son recuerdos del corazón 

La actividad favorita de Grace y Gilbert era leer junto a su padre; después de un día de juegos y de explorar la inmensidad de la vida durante la infancia, ambos hermanos encontraban tranquilidad en la lectura. 

Cuando Grace y Gilbert se reencuentran años más tarde, todo ha cambiado, menos su pasión por los libros, aquella que encontraron desde muy pequeños y que se convirtió en un lugar seguro para ambos en el presente. 

A veces recordar las actividades favoritas de la infancia nos recuerda que la vida continúa, pero que nosotros decidimos qué hacer cuando las cosas se complican para honrar a nuestra infancia interior.

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3. Hay que aprender a decir adiós

Al final de la película, Grace reflexiona sobre los problemas que ha enfrentado a lo largo de su vida y entiende que se ha resguardo del dolor en objetos con forma de caracol que le recuerdan a su infancia y sus tardes en familia.

Grace se da cuenta que para seguir adelante, debe dejar atrás algunas cosas que, lejos de ayudarla, la detenían para alcanzar sus metas y sanar como persona.

4. Sé persistente con tus sueños 

El sueño de Grace siempre fue ser una animadora de películas stop motion, y aunque parecía un sueño imposible, finalmente logró ingresar a una escuela de cine. Grace creía que sus ambiciones no eran más que sueños, pero elegirse a sí misma sobre los demás, y sobre la violencia que rodeaba su vida, le dieron el valor para emprender una aventura elegida.

Vivir en condiciones vulnerables dificulta el acceso a muchas oportunidades de crecer como persona, más allá de una posición en el trabajo. En esta película Grace entiende que ha sido violentada y que su historia de marginación se llevó parte de su espíritu curioso, pero eventualmente encuentra en ella la valentía para alcanzar sus metas.

5. El amor propio salva

Cuando Grace descubrió que Ken, su prometido, estaba ejerciendo violencia en su contra, decide terminar la relación y correrlo de su casa. En un proceso tumultuoso, lleno de baches y tristezas, Grace se encuentra sumergida en depresión, es cuando se da cuenta que la vida que conoció en su infancia le fue arrebatada, y que desde ese momento simplemente intentó sobrevivir.

La culpa es un sentimiento desgarrador que no escapa de nuestros cuerpos, Grace entiende que ella es la única persona que puede sanar el dolor que causaron los adultos, el Estado y las personas en su vida. Desde comenzar a percibirse como la persona que es, sin la intervención de los demás, Grace puede ser auténticamente ella misma.

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