Uno de los retos que tiene la impartición de justicia es poder distinguir las opresiones y las distintas vulnerabilidades que pueden tener las personas no sólo por género, discapacidad y etnia sino por edad, ubicación geográfica, clase social, orientación sexual, sexo, o cualquier otra distinción sociocultural.
Una opción de las políticas públicas es que podrían diseñarse de manera focalizada a esos grupos o de manera universal a toda la población, pero creo que lo no deben de perder de vista es un enfoque de derechos humanos.
Sabemos que actualmente las vulnerabilidades en esta crisis pandémica están siendo agudizadas y, por lo tanto urge un trabajo de intersección entre ellas, sólo sabemos que el patriarcado y la pobreza negativamente las cruza como un común denominador en su contra.
También sabemos que las relaciones entre las enfermedades DIABETES, HIPERTENSIÓN, OBESIDAD, COVID, puede verse como un avance claro en la medicina que provoca una vulnerabilidad muy obvia, la muerte en el peor de los casos, pero cuando se trata de relacionar discapacidad, color de piel, orientación sexual, etnia, nos cuesta mucho trabajo describir su opresión, se nos dificulta creer su profunda discriminación, y ese es el trabajo de las ciencias sociales.
Por lo tanto, el reto de la perspectiva interseccional en la política pública, en un campo subjetivo como en el de las ciencias sociales o en el de la opinión pública y en el de los medios de comunicación, es el de tomar consciencia de la inclusión en las leyes, pero además de la discusión ante los juzgados de cómo se valorarán esa “suma” de discapacidades y vulnerabilidades.
Edgar Iván Zazueta Luzanilla es Doctor en Ciencias, con especialidad en Desarrollo Regional por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C., pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y a la Red Conacyt "Género, Sociedad y Medio Ambiente (GESMA).
Twitter: @Edgarivanzaz