El PAN se relanzó con nuevo logo, mismo sermón. “Patria, Familia y Libertad” suena bonito… hasta que recuerdas que también votaron contra prohibir las terapias de conversión.
El evento del pasado 18 de octubre no fue solo un rebranding político: fue la confirmación de que el Partido Acción Nacional (PAN) quiere parecer moderno sin dejar de ser el mismo de siempre.
Su “relanzamiento” reabrió el debate sobre su supuesta renovación, pero también dejó al descubierto algo que el partido lleva años intentando disimular: detrás de su narrativa sobre la defensa de la “familia tradicional” persiste una visión conservadora que excluye a mujeres y a personas LGBTQ+.
Esa contradicción se hizo evidente cuando cientos de militantes panistas recorrieron cuando cientos de militantes panistas recorrieron Avenida Paseo de la Reforma rumbo para defender “La Patria, la Familia y la Libertad”. En el trayecto, Raúl Tortolero, líder del Consejo Nacional de Nuevo Derecha, hostigó a un asistente que se identificaba como panista por portar una bandera del orgullo LGBTQ+.
“Le pedí amablemente a una persona que portaba una bandera del arcoíris, es decir, una bandera marxista marxista posmoderna o del supremacismo LGBT, que por favor la bajara porque estábamos en un evento panista, el relanzamiento del PAN”, se escucha decir a Tortolero en un video que publicó a través de su cuenta de X.
De acuerdo con su testimonio, la bandera iba en contra de los valores panistas. Este episodio no es aislado, sino que revela las tensiones internas de un partido que intenta mostrarse moderno y plural. Pese a que el presidente del PAN, Jorge Romero, aseguró en una entrevista con Radio Fórmula que su partido “no está en contra de las personas de la comunidad LGBTQ+”, el discurso panista sigue sustentándose en una moral conservadora que excluye y niega derechos, en particular a mujeres y personas de la diversidad sexual.
Pero, ¿por qué al PAN le cuesta hablar de igualdad y derechos LGBT+?
Conservador de nacimiento
La política conservadora del Partido Acción Nacional (PAN) difícilmente puede sostener un discurso coherente sobre los derechos de las minorías. Desde su origen, el partido fue concebido como una reacción frente a las transformaciones sociales impulsadas por el Estado posrevolucionario del siglo XX.
Fundado el 14 de septiembre de 1939 por Manuel Gómez Morín, el PAN nació como oposición a las políticas del presidente Lázaro Cárdenas, especialmente a la reforma agraria, la nacionalización del petróleo y la educación laica. Frente a esas ideas progresistas, un grupo de empresarios, abogados y católicos conservadores decidió crear un partido que defendiera los valores tradicionales.
Desde entonces, su identidad se ha sostenido más en la defensa del orden y la moral que en la búsqueda de la justicia social. Por eso, mientras otros partidos hablaban de derechos, el PAN hablaba de familia.
Además, sus raíces católicas marcaron su agenda: oposición al aborto, rechazo a la eutanasia, resistencia a la educación sexual y a los matrimonios igualitarios. En el fondo, su proyecto político siempre ha estado guiado por una pregunta vieja: ¿cómo mantener el control sobre lo que consideran “correcto”?
Cuando el único objetivo es reforzar la “oposición”
Como te contamos en esta nota sobre la supuesta prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas de educación básica de Chihuahua, el PAN busca posicionarse como la principal fuerza de oposición política conservadora del país.
Acciones como la promoción de reformas controversiales son celebradas por grupos conservadores como un triunfo político, que no es más que una estrategia política para reforzar la oposición y la confianza de los votantes conservadores.
Sin compromiso con la diversidad
Ya sea que se trate de derechos de las mujeres, de la comunidad LGBTQ+, de personas racializadas o comunidades vulneradas, el Partido Acción Nacional se ha mostrado apático en respaldar derechos fundamentales. Tan sólo en 2024, el PAN fue criticado por votar en contra de prohibir las terapias de conversión para personas de la comunidad LGBTQ+.
Ante las críticas, el grupo parlamentario del PAN explicó en redes sociales que el voto en contra se trataba de una confusión y no de una verdadera postura sobre el tema y condenaron “enérgicamente” todas las formas de terapia que atenten contra la preferencia sexual y la dignidad de cada individuo. ¿Cuántas confusiones puede cometer un partido político hasta que devele sus verdaderos ideales?
Con el avance del discurso conservador, inspirado en el auge del fascismo en Europa, Latinoamérica y con líderes ultraconservadores internacionales, como Donald Trump, al parecer, no mucho.
El nuevo lema del PAN, “Patria, Familia y Libertad”, lo dice fuertemente: en México, el PAN intenta conformar una derecha ultraconservadora sin pudor y orgullosa de promover discursos de odio. Y es que como fuerza de oposición, el PAN utiliza estrategias legislativas que priorizan el posicionamiento político.

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