El e-commerce se ha convertido en una de las características de compra de productos de la vida contemporánea. Las plataformas de compra y venta en línea son accesibles para quienes cuentan con los medios económicos y digitales necesarios, sin embargo, la cuestión va más allá de la accesibilidad. 

¿Qué ocurre cuando estos espacios virtuales dejan de ser simples mercados digitales y se transforman en escaparates donde se comercializan productos que vulneran los derechos de las infancias?

En Francia, la plataforma de ventas china Shein, se ha visto en un polémico escándalo después de que la Dirección General de Competencia, Consumo y Represión del Fraude (DGCCRF), la unidad antifraude del gobierno francés, detectó la venta de muñecas sexuales con apariencia infantil en la plataforma. 

De acuerdo con CNN, la DGCCRF aseguró que la “descripción y categorización” de estos productos hacían “difícil dudar de la naturaleza pornográfica infantil del contenido”.

Una fotografía de las muñecas publicada por el diario francés Le Parisien demuestra que las muñecas sexuales con rasgos y cuerpos de niña medían aproximadamente 80 centímetros de altura. Además, la figura se encontraba sosteniendo un osito de peluche.

¿Qué respondieron las autoridades?

Según la denuncia francesa, el propósito de las muñecas no era simplemente la venta de juguetes, sino la difusión de contenido ilegal debido a la naturaleza explícita del producto y su presentación en la plataforma. 

Por ello, la fiscalía de París abrió una investigación contra Shein, y otras plataformas como AliExpress y Temu, por la presunta difusión de contenidos que incluían pornografía infantil en sus plataformas de venta, y es que la ley francesa castiga la difusión o comercialización de representaciones pedo-pornográficas, sin importar el formato o medio digital, como un delito grave con penas de hasta 7 años de prisión y multas de hasta cien mil  euros.

Por su parte, el Ministro de Economía de Francia, Roland Lescure, advirtió que “se habían cruzado los límites” y amenazó con bloquear el acceso de Shein al mercado francés si se volvía a vender este tipo de muñecas. Lescure señaló que la ley permite al gobierno solicitar la prohibición de acceso a plataformas en casos extremos que involucran terrorismo, narcotráfico o material pornográfico infantil.

Las autoridades francesas también señalaron que Shein vendía otras muñecas sexuales para adultos sin medidas ni filtros efectivas que impidieran a menores de edad o audiencias sensibles acceder a contenido pornográfico.

En México, las búsquedas lo confirman, y es que al ingresar a la página oficial de la plataforma y escribir la palabra “muñeca” en el buscador, las primeras opciones de compra que aparecen no son juguetes infantiles, sino muñecas “masturbadoras” o “sexuales”.

Esto evidencia una grave falta de filtros y control en los algoritmos de recomendación de las plataformas, así como la normalización de la hipersexualización que expone a infacias y adolescentes  a este tipo de contenidos.

Imagen

¿Qué respondió Shein?

La compañía retiró los productos de la plataforma, implementó una supuesta “prohibición total de productos tipo muñeca sexual” a nivel global y eliminó todos los listados e imágenes relacionados.

Shein se comprometió a cooperar con las autoridades judiciales francesas. Su portavoz en Francia, Quentin Ruffat, indicó que la compañía estaba dispuesta a compartir los nombres de quienes compraron dichas muñecas si las autoridades lo solicitaban.

Según información del medio France 24, el presidente ejecutivo de Shein, Donald Tang, señaló que, aunque las publicaciones provenían de vendedores externos “la lucha contra la explotación infantil no es negociable para Shein”, mientras que Shein anunció que prohibiría de manera total la venta de estos productos a nivel mundial. 

Este escándalo se da en torno a la creciente oposición en Francia contra Shein, días antes de la apertura de su primera tienda permanente en el centro de París, el 5 de noviembre, en los almacenes BHV Marais, así como críticas a su modelos de negocio de bajo costo, su impacto ambiental y las múltiples multas previas impuestas por las autoridades francesas por publicidad engañosa e incumplimiento de normativas de datos y cookies que en 2025 sumaron 191 millones de euros, de acuerdo con France 24.