A partir del estudio de la literatura que nos habla de las principales transformaciones socioculturales de las familias en las últimas décadas, llegamos a la conclusión de que esos cambios han impactado la vida de las personas dentro de las familias en algunos ejes que definen los principales cambios y dinámicas de conflicto en las familias:

Te dejamos aquí algunos de los puntos más trascendentes:

1. Equidad de género y corresponsabilidad en la vida cotidiana (es poca la participación de los varones en el trabajo no remunerado, crianza, intimidad, familias de origen).

2. Uso del tiempo en las actividades de la vida cotidiana (las mujeres más pobres llegan a tener dobles o triples jornadas de trabajo).

3. Alimentación sustentable (Se debe partir de la idea de que la alimentación comprende todo un proceso que va desde la 1) la producción, transformación y almacenamiento, 2) el aprovisionamiento y compras, 3) el almacenaje y conservación, 4) la preparación y cocinado, 5) el servicio-lavado-recogida de utensilios, 6) el reciclaje de sobras y horticultura, hasta llegar a considerar 7) los préstamos e intercambios o trueques. En este aspecto, además de considerar un análisis de cómo se está ejerciendo la alimentación en las familias desde la corresponsabilidad y el uso del tiempo, se debe partir de considerar la soberanía alimentaria.  Basta recordar que “la soberanía alimentaria es una propuesta que consiste en un cambio sistemático, donde las personas tienen el control directo y democrático de los elementos más importantes de su sociedad sobre cómo comemos y nos alimentamos, cómo usamos y mantenemos la tierra, el agua y otros recursos en nuestro entorno para beneficio de las generaciones actuales y futuras y cómo interactuamos con los demás grupos, personas y culturas” (La Vía Campesina, 2018).

4. Consumo y vida cotidiana. Es crucial tener datos sobre cómo están consumiendo las familias. Se habla de que los hogares unipersonales en España generan más desperdicios o de que los roles tradicionales de género femeninos son más cuidadosos con los recursos naturales ya que, pueden cuidar mejor el agua, la luz o el jardín y las plantas. Esto último nos llevaría a una hipótesis que nos marque el camino de que una familia con predominancia femenina (por ejemplo, una familia monomarental) estaría en mejor posibilidad de mayor cuidado.

5. Energía, agua y cuidado de bienes naturales. En la consideración de cómo usan la energía todas las expresiones de diversidad familiar se deben tomar en cuenta acciones de adaptación y mitigación. Las medidas de mitigación son aquellas acciones que están encaminadas a reducir y limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que las medidas de adaptación se basan en reducir la vulnerabilidad ante los efectos derivados del cambio climático. En ese sentido, podríamos primeramente estudiar quienes gastan más energía en las familias, qué roles ocupan en las familias, qué tipos de familias consumen más energía, cómo se manejan los aparatos eléctricos, electrodomésticos e incluso el auto y las energías renovables. Todo ello nos permitiría conocer qué tan sustentables están siendo las familias en su cuidado con el medio ambiente, qué tanto tiempo invierten en ello (desagregado por sexo, género, clase, edad, preferencias) y cómo se distribuye. Esto aplica también para el análisis de cómo se cuida el agua al interior de las familias (si hay ahorradores, si hay fugas quien las arregla, quien paga el agua, quien invierte más en su cuidado y cómo lo hace) o también podríamos indagar sobre quienes están más expuestas a sustancias tóxicas en el hogar, cómo se manejan esos peligros, qué materiales usan y si la pobreza configura menores cuidados y por ende que los hogares más pobres están más susceptibles a ello y tienen más o menos recursos para enfrentar estos riesgos o, si las empresas que fabrican estos productos ofrecen la suficiente información para disminuir los riesgos que se corren en el hogar frente a riesgos de contaminación y/o intoxicación. También implicaría conocer qué tipo de servicios tienen los hogares para enfrentar la contaminación, si hay servicio adecuado de recolección de basura y/o drenaje, todo ello nos permitiría distinguir cómo se están cuidado los bienes naturales en todas las expresiones de la diversidad familiar.

Finalmente, se sabe que es muy escasa la información que se tiene de estos asuntos en los hogares y las familias. Es por ello la importancia de indagar en estos temas para valorar la pertinencia de formular políticas familiares, de cuidado y de género ya sea de tipo universal o focalizado y que atiendan, primeramente, a las familias menos favorecidas por la justicia e inclusión social.

Edgar Iván Zazueta Luzanilla

Twitter: @Edgarivanzaz

Dr. Edgar Iván Zazueta Luzanilla, es Doctor en Ciencias, con especialidad en Desarrollo Regional por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A. C., pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y a la Red Conacyt "Género, Sociedad y Medio Ambiente (GESMA).